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Asier Duque crea un investigador muy peculiar con ‘Detective Diluc-Muerte en Mónaco’

El escritor y periodista vitoriano Asier Duque inicia una nueva serie literaria

Asier Duque crea un investigador muy peculiar con ‘Detective Diluc-Muerte en Mónaco’Cedida

Un asesinato acaba de producirse en el famoso casino de Mónaco. La víctima es Emine, la heredera del magnate Tales Sissano. Es finales de los años 60 del pasado siglo y Diluc, un detective un tanto torpe pero que cuenta con un as en la manga para desarrollar sus investigaciones, se pone manos a la obra. Así arranca Detective Diluc-Muerte en Mónaco (Mascarón de Proa), con la que el escritor, periodista y creador de contenido en redes Asier Duque inicia una nueva serie literaria. “De hecho, aunque tardará un tiempo en publicarse, el segundo libro está casi ya terminado” avanza el autor gasteiztarra, que regresa este viernes a su ciudad natal para presentar la obra en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a partir de las 18.45 horas.

Será la oportunidad de conocer más de cerca los entresijos de un personaje nacido de un sueño. “En él, yo estaba resolviendo un crimen en plan Agatha Christie. Era como un detective que podía hablar con espíritus y había uno que intentaba impedir que yo resolviese el caso. Desperté y pensé que sería increíble, como concepto para un libro, que eso pasase”. Ahí está el punto de partida de una creación dirigido al público en general, aunque con una mirada especial hacia la gente joven.

El protagonista

La novela gira en torno a Diluc, un extraño detective que es capaz de hablar con espíritus, y no duda en recurrir a estas particulares fuentes para resolver los crímenes que le encargan. “Me parecía gracioso hacer un detective que no fuera un genio. Con personajes como Poirot, que son tan perfectos, yo no termino de conectar. Parece que nunca se equivocan, que siempre van un paso por delante. Eso ya se ha hecho muchas veces, así que no me parecía tan interesante. Prefería un detective que fuera un poco torpe, que muchas veces el lector fuera más listo que él. Tiene su punto cómico y simpático. Para mí lo importante es que tengas ganas de que resuelva el misterio, no de resolver tú el misterio”. 

La Casa de Cultura Ignacio Aldecoa acoge este viernes la presentación oficial de la primera novela de esta nueva serie literaria

En este caso, todo se sitúa en Mónaco a finales de los convulsos años 60. “Con el público joven espero que aprendan cosas interesantes. Creo que he escogido un contexto histórico que sin ser pesado es interesante, la Francia de finales de los años 60, un ambiente de revolución, de mucho despertar intelectual y cultural… En los libros se incluyen pequeñas informaciones de manera muy ligera para que la gente joven también pueda descubrir ciertas cosas de esa época que luego han influido en la cultura pop que se disfruta hoy en día”, comenta desde tierras madrileñas el escritor de la capital alavesa.

Portada de ‘Detective Diluc-Muerte en Mónaco’

Más allá de los misterios

De todas formas, el autor tiene claro que los misterios que va a ir planteando son un “gancho” que “me sirve para atraer a la gente a la lectura”, aunque lo importante es que “el público se quede con los personajes”, un objetivo que, por las reacciones recibidas hasta ahora, parece que se está consiguiendo.

“Prefería un detective que fuera un poco torpe, que muchas veces el lector fuera más listo que él”, apunta el creador gasteiztarra

“Si los personajes principales son interesantes y tienes ganas de descubrir cómo son, va a dar igual cuál es el misterio, porque lo importante va a ser saber qué le pasa a Diluc y a los otros protagonistas. Por ahora, toda la gente que se ha puesto en contacto conmigo se ha enamorado de un personaje en concreto y quiere saber qué va a pasar. Así que estoy muy contento con haber conseguido ese objetivo de engancharte”, describe Asier Duque. Con todo, la novela está dando sus primeros pasos y todavía es mucha la gente a la que llegar con esta primera historia protagonizada por este investigador tan singular y peculiar.

Lo va a hacer de la mano de Mascarón de Proa, tras conseguir la atención de varias editoriales más. “Pero soy bastante obsesivo del control editorial y preferí a Mascarón de Proa porque así sabía que las portadas iban a ser como yo quería, que no se iba a modificar nada, que el hecho de existir un segundo libro iba a depender de mí y no de una decisión editorial”.