Fue la conversación con una amiga, recuerda Agurtzane Intxaurraga. Ella estaba haciendo obras en casa porque al poco tiempo, su madre se iba a instalar en el hogar compartido con su pareja. Ahí, la autora y directora empezó a darle vueltas a una historia que terminó por convertirse en Zorretan. El espectáculo llega hoy jueves al Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde) dentro de la programación invernal de la Red de Teatros.
Se dice pronto pero no es nada sencillo que una compañía de teatro llegue a cumplir 35 años. Hika ya está por los 36. El aniversario se quiso celebrar en 2024 con el estreno de este montaje, una obra que, por cierto, en un par de semanas va a contar también con su versión en castellano.
A la capital alavesa, en todo caso, llega en su formato original, en euskera. Así se va a poder ver a partir de las 19.30 horas en un escenario en el que todavía quedan entradas a la venta.
Tragicomedia absurda
Sobre las tablas, el público se encontrará con una pareja que, tras treinta años de convivencia, abre las puertas de su casa a la madre de ella. Como describen desde Hika, a lo largo del relato se sucederán situaciones cómicas, absurdas o surrealistas en una narración rota que habitará entre el pasado, el presente y el futuro de los personajes.
“La mujer tendrá que luchar contra sus fantasmas. Evocando lo que fue la relación con su madre, dejando entrever los miedos de su infancia y los dolores del pasado. Mientras tanto, la presencia de la madre añadirá un toque absurdo e incluso mágico a esta tragicomedia que habla sobre la maternidad, los cuidados y el amor”, apuntan.
Esta pieza, además, ha ganado recientemente el XXV Donostia Antzerki Saria por el adecuado tratamiento y planteamiento diverso de lo temas: maternidad, la relación madre-hija, el cuidado, el amor, el duelo… El jurado, además, ha valorado positivamente que el interés y la tensión se mantengan hasta el final y la interpretación del elenco. Por último, el trabajo de dirección y la idoneidad del texto creado en euskera también han hecho que la balanza se decante en su favor.
En todo caso, ahora es el turno del público de Vitoria, que a buen seguro se sentirá apelado por el transcurrir del montaje.