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Fallece el gran pintor alavés Carmelo Ortiz de Elguea

El autor deja a los 80 años una prolífica, referencial e imprescindible trayectoria

Fallece el gran pintor alavés Carmelo Ortiz de Elguea

“El fin de cualquier cuadro es que lo hagas tuyo”. Son palabras del artista alavés Carmelo Ortiz de Elgea durante la presentación en Artium de una gran exposición del artista alavés en su tierra natal. Ahora, recién cumplidos los 80 años el pasado diciembre, el autor deja al público su imprescindible y referencial huella artística. El arte vasco se despide en el arranque de este 2025 de una de sus firmas fundamentales.

Nacido en Gasteiz en 1944, es desde Aretxabaleta donde empieza a dar sus primeros pasos en la vida y también en la creación. Desde niño se dedica a la pintura, partiendo de una formación autodidacta, como recuerdan desde Artium. En 1948 pinta sus primeras acuarelas y cinco años más tarde, los primeros óleos.

En 1955 se matricula en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria para cursar estudios de dibujo. Su esfuerzo y buen hacer le van a reportar diversas ayudas y subvenciones con las que ampliará su formación.

Exposición en Zuloa de Carmelo Ortiz de Elgea

En 1962 es adjudicatario de la beca para estudios artísticos de la Fundación Vidal y Fernando de Amárica, la cual le permite trasladarse a Madrid para continuar con su aprendizaje en el Círculo de Bellas Artes.

Su estancia en Madrid “le va proporcionar una formación complementaria a través de las frecuentes visitas al Museo Nacional del Prado así como el contacto directo con el pintor y grabador donostiarra Luis García Ochoa, el artista riojano Julián Gil y el pintor lisboeta Luís Pinto-Coelho. A lo largo de esta primera etapa de formación, Carmelo Ortiz de Elgea ya ha cultivado con especial esmero el paisaje. El resultado de este aprendizaje será mostrado en 1964 en una exposición dedicada al joven artista en la desaparecida residencia del pintor Fernando de Amárica en la calle Eduardo Dato de Vitoria”.

Paralelamente a estos primeros años de formación, aumenta el interés del pintor por el paisaje de su tierra natal, lo que le llevará a realizar en 1959 la obra Arechavaleta y Bodegón. Esta pintura es presentada en el XVI Certamen de Arte Alavés, ganando el primer premio entre los artistas noveles. Al año siguiente Ortiz de Elgea vuelve a presentarse, haciéndose esta vez con el primer premio en la sección superior con la obra Plencia.

En 1961, con tan solo diecisiete años de edad, realiza su primera exposición individual en la antigua Caja Municipal de Vitoria-Gasteiz. Un año más tarde le dedican su segunda muestra y la tercera en septiembre del año 1964. También en 1961 se presenta al Certamen alavés: con La era le conceden de nuevo el primer premio.

En 1963 recibe el primer premio del XX Certamen, en esta ocasión compartido con otros dos pintores. Participa por última vez en el año 1964 con la obra Pintura, por la que recibirá el segundo premio.

En 1964 recibe de nuevo la beca de la Fundación Amárica continuando su formación artística en Madrid. A principios de 1965 vive con su amigo el artista vitoriano Juan Mieg. En este tiempo conoce la obra de Tàpies, la cual le impresiona notablemente. Es en este momento cuando se celebre la exposición sobre Ortiz de Elgea en la Galería Círculo 2 de Madrid. Durante el verano regresa a Vitoria: en julio participa en una muestra conjunta con Mieg y en el otoño le dedican en la capital alavesa una exposición individual.

Vuelta a casa

A su vuelta al País Vasco, el joven pintor se sumerge en el ambiente asociativo que los artistas plásticos vascos están experimentando. En funda el Grupo Orain, junto con Joaquín Fraile y Juan Mieg. El año anterior ya se había impulsado un cambio en el arte plástico practicado en Álava, materializado en la exposición celebrada en la antigua Caja de Ahorros Municipal de Vitoria. En esta muestra colectiva participaron Juan Abad, Joaquín Fraile, Juan Mieg, Rafael Lafuente, Ángel Moraza y Francisco Javier Vizcarra.

También en 1966, Ortiz de Elgea recibe el segundo premio en el II Gran Premio de Pintura Vasca. En 1967 gana el tercer premio del III Gran Premio de Pintura Vasca. En este mismo año el Ayuntamiento de Vitoria le dedica una exposición en los Salones de Cultura en la calle Olaguibel.

En 1968 se hace con el primer premio del IV Gran Premio de Pintura Vasca. Al año siguiente decide trasladarse a la capital alavesa donde fija su residencia. Participa en los Encuentros de Pamplona y en 1973 nace su hija Dorleta, que sigue sus pasos artísticos.

En 1977 Ortiz de Elgea recibe la beca de la Fundación Orbegozo Eizaguirre de Bilbao. En 1984, el Museo de Bellas Artes de Bilbao decide organizar la primera exposición retrospectiva sobre el pintor alavés, bajo el nombre Carmelo Ortiz de Elgea: Paisaiatik Paisaiara 1952-1984. A lo largo de los años, traslada su estudio de Aretxabaleta a Peñacerrada y a Dulantzi.

Como recuerdan desde Artium, “Carmelo Ortiz de Elgea es uno de los artistas de la pintura vasca de posguerra mejor considerado, destacado como uno de los paisajistas vascos más significativos. Desde el inicio de su trabajo, la relación de Ortiz de Elgea con el paisaje ha sido determinante aunque no invariable”.

“Hace 35 años, cuando estaba metido en la abstracción y me complicaba, me acordaba de lo bien que me lo pasaba de niño, cuando en Aretxabaleta salía al campo a pintar; es un ejercicio que recuperé y que sigo ejercitando porque para mí es una gozada” decía el autor a DIARIO DE NOTICIAS DE ALAVA en su última exposición en las desaparecidas salas Araba y Luis de Ajuria.