Ella trabaja en una pequeña tienda de libros que intenta sobrevivir en un mercado literario dominado por las grandes empresas del sector. Él es un profesor de un colegio que parece tener los días contados puesto que el centro educativo se ubica en una parcela muy golosa. Y aunque ambos viven en Nueva York, su pasado, presente y futuro se escribe desde la capital alavesa. De hecho, desde el pasado viernes, Bonnie y James se están encontrando ya con el público de la mano de la escritora gasteiztarra Marta Lobo.
Con Solo una chica delante de un chico, la prolífica autora de novela romántica sigue dando rienda suelta a la serie de cinco títulos que van a componer al final la serie Amor en Nueva York, un camino que se abrió con Sola una boda más y Love is on Air. Aunque cada entrega es autoconclusiva, por supuesto hay una relación entre todas las historias, para empezar porque están protagonizadas por cuatro amigas, quienes, sin saberlo en su momento, tuvieron una relación con el mismo hombre.
A lo largo de 2025 se publicarán las dos novelas que completarán el camino iniciado con ‘Solo una boda más’ y ‘Love is on Air’
Ahora es el turno de Bonnie, de una mujer que no ha terminado de cerrar esta herida, de una persona que “tiene inseguridades y cicatrices que no ha curado”. Además, su entorno familiar no rema a favor. Al contrario. “Tiene una madre que quiere a sus hermanos, pero a ella no”, a lo que se suma una pérdida personal complicada de gestionar. Pero hasta aquí se puede contar. El resto es cuestión de quienes se asomen a las páginas de un libro que se publicó coincidiendo con el cumpleaños de su creadora y que se puede encontrar tanto a través de Amazon como de las tiendas de Arlekin en la capital alavesa.
Personajes ¿normales?
Junto a ella se encuentra un James que lucha “con todo lo que tiene” para evitar que cierre el centro educativo en el que trabaja, y que está especializado en personas con situaciones especiales. Como Bonnie, tiene que pelear contra situaciones o entidades mucho más grandes aún siendo “personas normales”.
En este sentido, Lobo explica que estaba buscando precisamente “hacer una historia, dentro de lo que es la literatura y la comedia romántica, normal, con personajes normales, con problemas normales. No hay un millonario ni nada por el estilo. Son dos personajes luchando contra gigantes. Eso es algo que, de una manera u otra, nos puede pasar a todos, que estemos luchando por algo pequeño pero importante”.
El próximo día 24, la autora iniciará en el Casa de Cultura Ignacio Aldecoa un nuevo curso del club de novela romántica que dirige
Ese normal, eso sí, es “entre comillas”, sonríe la escritora. Lo cierto es que las primeras reacciones están siendo más que positivas, “aunque hay alguna lectora que me dice que me he quedado un poco corta de páginas”. Anécdotas a un lado, lo cierto es que ese escenario más a pie de calle le ha llevado a la autora a cambiar un tanto algunos parámetros habituales en sus otras creaciones. “Todo aquí, dentro de que es ficción, tiene ser real, normal. Aquí no hay citas en grandes lugares, pero sí un primer encuentro en un sitio de tacos. Vamos a ver cómo reacciona el público, pero he hecho lo que a mí, en este momento, me gustaría leer porque a veces es necesario encontrarte con argumentos más reales con los que te puedas identificar”. Dicho y hecho.
No solo escribir
Este nuevo libro llega para Lobo cuando está preparando la segunda edición del club de lectura de novela romántica que la escritora y la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa pusieron adelante el pasado curso. La buena aceptación y la participación de la gente ha llevado a seguir adelante y darle continuidad a la propuesta.
El próximo día 24, de hecho, se producirá el primer encuentro del nuevo curso, siendo el acceso libre y gratuito. “Contamos con un abanico de edades muy amplio, participando personas de 20 años y de ahí hacia delante. Estoy muy contenta de cómo fueron las cosas la temporada pasada”. Además, “como escritora, la experiencia también está siendo un aprendizaje; recibes información de los lectores y lectoras de primera mano”.