Durante las dos últimas semanas, la sala expositiva que ocupa buena parte de la primera planta de Montehermoso ha sido su particular taller, un espacio en el que investigar, probar, crear y montar. Ahora, las puertas se abren para el público, quien, a la fuerza, va a seguir modificando el espacio. No hay que perder de vista nada. Tampoco el techo. Donde parece que no debería haber nada, puede darse la sorpresa.

La cuestión no es baladí porque lo primero que llama la atención al dar el primer paso en ADHD es que todo el espacio expositivo, absolutamente todo, está cubierto de cinta americana. En concreto, se han utilizado once kilómetros, cantidad que coincide con el challenger deep, es decir, el punto más profundo conocido de los fondos marinos.

Es esta una de las singularidades del proyecto artístico que presenta Javier Rodríguez Pérez-Curiel y que se inaugura este viernes a las 19.00 horas. Lo hace, de hecho, con una performance ofrecida por el propio creador. ADHD no deja de ser eso, un gran acto performativo en el que los objetos, la acción sobre ellos y el registro audiovisual de esos momentos se combinan.

El juego de la percepción

"Tengo tendencia a desarrollar mucha actividad", sonríe el creador, que bautiza su exposición en la capital alavesa con las siglas en inglés del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). "Mi forma de trabajo pasa por ir de un foco de atención a otro de manera constante", aunque en esa teórica hiperactividad hay un sustrato y un orden.

Así, a lo largo de la exposición, el visitante se va a ir encontrando con diferentes esculturas e instalaciones que en la preparación de la muestra han sido intervenidas, lo que también se ha registrado en imágenes y sonido que forman parte de la muestra. Asimismo, hay piezas que se van modificando al instante, como los tres platillos de una batería que son tocados sin parar por otros tres motores que mueven unas cadenas colgadas del techo.

El montaje de toda la exposición ha tenido lo suyo. Se ve en la cara tanto del artista como del personal de Montehermoso. Ahora, es el público quien introduce una nueva variable en una muestra que se hace realidad gracias a la convocatoria anual Proyectos Artísticos que impulsa el centro cultural dependiente del Ayuntamiento de Vitoria. Por cierto, como recuerda la concejal de Cultura, Sonia Díaz de Corcuera, los plazos de 2024 ya están en marcha para quien quiera presentar sus propuestas.