Iba la noche camino de ser un monólogo de La sociedad de la nieve. De hecho, la película de JA Bayona encadenó diez premios seguidos, todos ellos en el apartado técnico. Eso sí, la película 20.000 especies de abejas, de la alavesa Estibaliz Urresola Solaguren consiguió no verse arrastrada en una noche que, eso sí, no fue propicia para Txotxongiloa y Sonia Estévez.
Estaba cantado que el Goya a la mejor dirección novel tenía que ser para la alavesa y así fue. Muy emocionada, volvió a acordarse de Ekai, del viaje cinematográfico que comenzó con su marcha. Además, como lo que no se nombra, no existe, quiso decir explícitamente la palabra genocidio para describir lo que está sucediendo en Gaza. Tuvo que volver al escenario al ganar la categoría de guion original. “¡Gora Laudio!” dijo en este momento.
También las abejas se llevaron la alegría del galardón a mejor actriz de reparto para Ana Gabarain. Por cierto, que la intérprete llegó a este momento por los pelos pues justo antes estaba con Patricia López Arnaiz actuando en Madrid.
En una gala, como casi siempre, demasiado larga, Ana Belén, Javier Calvo y Javier Ambrossi ejercieron de maestros de ceremonia. Por lo menos, la propuesta no se hizo tan pesada como en ocasiones anteriores, demostrando que incluso algún día se puede llegar a hacer una entrega de premios que sea también un buen espectáculo.
La noche comenzó con el premio al mejor actor de reparto, que fue para José Coronado (Cerrar los ojos). Después fue el turno para la mejor canción original y Yo solo quiero amor, de Rigoberta Bandini (Te estoy amando locamente) se llevó la guinda. Justo ahí empezó el recital de la película de JA Bayona.
El Goya al mejor diseño de vestuario abrió la lista para La sociedad de la nieve de la mano de Julio Suárez. También consiguió –mientras el director se emocionaba cada vez más– mejores efectos especiales (Pau Costa, Félix Bergés y Laura Pedro), maquillaje y peluquería (Ana López-Puigcerver, Belén López-Puigcerver y Montse Ribé), actor revelación (Matías Recalde), montaje (Andrés Gil y Jaume Martí), dirección de fotografía (Pedro Luque), sonido (Jorge Adrados, Oriol Tarragó y Marc Orts), dirección artística (Alain Bainée), dirección de producción (Margarita Huguet), música original (Michael Giacchino) y dirección (JA Bayona). Eso y el premio de mejor película.
Todo no lo ganó Bayona. Pero más que nada porque no competía en algunas categorías. Como era de esperar, la mejor película de animación fue para el bilbaíno Pablo Berger y su Robot dreams, que también ganó el Goya de guion adaptado. Tampoco se pudo llevar el premio al mejor documental, que fue para Mientras seas tu, el aquí y ahora de Carme Elías, de Claudia Pinto Emperador.
En lo que respecta a los cortos, el de ficción fue para Aunque es de noche; el documental fue ganado por Ava; y el de animación para To bird or not to bird. El galardón iberoamericano fue para La memoria infinita (Chile), mientras que Anatomía de una caída (Francia) ganó el europeo.
También hubo alguna alegría para otras películas como O’corno de la mano de Janet Novas, elegida actriz revelación; Que nadie duerma gracias a Malena Alterio como mejor actriz protagonista; y para Saben aquell, ya que David Verdaguer ganó actor protagonista. Fue en una gala en la que el Goya de honor fue para Juan Mariné y el internacional para Sigourney Weaver.
