Kuttune, el proyecto musical dirigido por la percusionista, cantante y arreglista de Artziniega, Nerea Quincoces Ochoa, ha logrado este 2023 poner en el mercado Zer ote da?, su segundo trabajo discográfico, tras aquel debut de 2021 bajo el nombre Hauxe da!, que viene con una marcada diferencia: el haber logrado el amparo de la editorial Elkar, que les hace presagiar un 2024 “bastante movidito” en cuanto a directos se refiere.

De hecho, en su stand estarán durante la Azoka de Durango, municipio vizcaíno que también tuvo la suerte de albergar, el pasado 11 de noviembre, el concierto presentación del nuevo material.

“Por ahí han pasado todos los míticos del folk, y poder estar todos nosotros también es un regalo que, para nada, nos esperábamos, ya que no se venden discos, y la industria esta de capa caída con esto del Spotify y similares”, confiesa Quincoces, que fundó Kuttune en 2019, junto al barcelonés Jordi Arcusa, trombonista, bajista, compositor y arreglista especializado en jazz.

“Es necesario que haya grupos como Kuttune que le demos otro aire a la música tradicional” Pablo Bueno

Por el camino se les han ido sumando Charlie Santiago de Getxo (voz), Irene Gil de Soto de Barakaldo (flauta y voces), Aingeru Torre de Bermeo (saxofón tenor), Pablo Dávila de Vitoria (clarinetes y alboka), Tania Loza de Logroño (piano y voces), Pablo Bueno de Zaragoza (guitarra, voces y fotógrafo del grupo), y Unai Olabarri Varela de Igorre (batería).

Todos ellos músicos profesionales –investigadores, intérpretes y profesores– de muy distintas procedencias, tanto académicas como estilísticas, que tratan de dar una nueva visión a la música folclórica tradicional a través de la fusión de melodías, ritmos e instrumentos de distintos lugares, estilos y épocas.

“Somos difíciles de mover”, bromea Quincoces, que no quiere pasar la oportunidad de dar las gracias a todas las personas que han ayudado a alumbrar sus dos criaturas, colaborando en sendos crowfundings, ya que el trabajo de todo un lustro aún no les ha permitido ser una banda autosuficiente económicamente.

“El nuestro no es un género musical que encaje en el mainstream del mercado, pero siempre hemos querido llegar a la máxima audiencia posible para mostrar que el folk es una música divertida y satisfactoria para mucha gente que, a priori, pensaría que no lo es, y parece que vamos por buen camino pues nuestra especial visión y reinterpretación de la música tradicional ha resultado ser transversal, y personas de distintas procedencias, edades y gustos musicales nos escuchan y siguen de manera activa, por lo cual nos sentimos profundamente agradecidos”, reconoce.

Un legado a mantener vivo

De hecho, la mayor motivación de Kuttune es la de hacer que la transmisión de la música de siempre y la costumbre de cantar como medio de comunicación entre los seres humanos siga viva.

“Somos amantes de la música en general, y de la folclórica en concreto, ya que encontramos en ella ese tesoro que hemos recibido de nuestros antepasados y que queremos seguir cuidando y mimando para las futuras generaciones. En definitiva, que no se corte la transmisión de la cultura de la que, al fin y al cabo, procedemos. Mantener viva la llama de la transmisión oral de esas melodías, letras y sonidos, tanto vascas como foráneas, gracias a los cuales hoy estamos aquí creando nueva música”, resume.

Así, en Zer ote da? la columna vertebral siguen siendo melodías tradicionales de Euskal Herria, extraídas con sumo esmero de diferentes cancioneros y archivos musicales como el Soinuenea, dirigido por el afamado folclorista Juan Mari Beltrán, que luego han sometido a concienzudos arreglos para acercarlas al siglo XXI, bien por medio del jazz o por fusión con músicas étnicas originarias de otras zonas de la península ibérica, e incluso África, América u Oriente Medio.

“Nunca hemos perseguido una interpretación purista de la música tradicional, si no la revisión de la misma y la fusión entre diferentes raíces y estilos musicales”, aclara Quincoces quien, no en vano, esta especializada en percusión tradicional ibérica, afrocubana y africana.

“Empecé investigando fuera para terminar volviendo a mis raíces. Pasé toda mi infancia oyendo folk euskaldun en casa, aunque soy una gran admiradora de Eliseo Parra y grupos de percusión ibérica como Coetus, ellos me inspiraron”, confiesa.

Fusión étnica

De aquí que entre los doce nuevos temas de Kuttune se hayan colado temas procedentes de Segovia, Ávila y Asturias, que se mueven entre la nana y la seguidilla; aunque el disco también cuenta con composiciones musicales y letras creadas ad hoc para ellas, como es el caso del tema que pone el broche de oro al disco, Airezko Etxea, grabado con el bertsolari Jon Maia en el estudio de Elkar en Oiartzun.

“La letra es de Jon y la música mía y recoge muy bien esa sensibilidad por lo antiguo, por ese imaginario, leyendas, mitos, cantos, danzas, ritos y poemas que no sabemos muy bien de donde vienen (Zer ote da?), pero que nos han legado, sobre todo nuestras abuelas por transmisión oral, y que nos sentimos en la necesidad de poner en valor como el patrimonio cultural histórico que es, y coger el relevo”, explica.

Todo ello ha implicado un largo proceso previo de investigación, que les ha hecho apostar más fuerte aún por su propósito. “A raíz del estudio del folklore, nos dimos cuenta de que esa tradición ancestral de comunicarnos entre nosotros cantando se está perdiendo paulatinamente. Sospechamos que, entre otros motivos, puede ser a consecuencia de la globalización, la digitalización y el consumo rápido que se da en la música a día de hoy. Por ello nuestro objetivo es, de manera modesta y en la medida de lo posible, no dejar morir esa preciosa e importante tradición y mantenerla viva, como las cenizas que mantienen vivo lo que fueron llamas de fuego”, apostilla.

Un fuego que toma toda su fuerza desde la propia portada, cuyo autor es el pintor Alejandro Quincoces. “Es mi aita, y no me ha costado mucho convencerle. También la carátula de Hauxe da! es un cuadro suyo. Eso sí, el primero lo escogió él por el misterio que encerraban las nubes, pero esta vez he sido yo quien ha dejado claro que quería algo de fuego y mucha tierra”, dice Quincoces. ¡Cualquiera le dice que no a una hija!.