Preparan el lanzamiento de nuevos temas para dentro de no mucho, además retomando el euskera. Pero antes de mirar a 2024, donde tampoco faltarán los conciertos aquí y allá, Leize quiere poner el mejor broche posible a la gira con la que la banda ha estado celebrando los 40 años desde su puesta en marcha. Será en el Urban Rock Concept donde este sábado se viva por todo lo alto esta última fiesta de cumpleaños. Todavía queda alguna entrada disponibles para compartir la cita.

¿Son 40 años a celebrar con un punto de nostalgia o mirando al futuro?

–Lo pasado, pasado está. La nostalgia puede estar bien en un momento determinado, pero siempre hay que mirar al futuro. Nosotros, durante estos años, siempre hemos estado con nuevos planes sobre la mesa. Ahora también. De hecho, hemos estado en el estudio grabando unos temas en euskera que saldrán para enero. Siempre hay que estar mirando al futuro y, además, con optimismo.

"Te pegas un viaje de ocho horas, vas a Murcia o a Jaén, pero subes al escenario y se te olvida todo. Y la vuelta vas pensando en lo bien que tocamos y en lo bien que se lo pasó la gente"

De todas formas, no es nada fácil que una banda, y da igual el género, pueda llegar a celebrar 40 años.

–No, no, nada fácil. El hecho de que cuatro personas se suban a un escenario el mismo día y a la misma hora, y empiecen y terminen un tema a la vez, ya de por sí tiene mucho mérito. Ese compromiso y ese arraigo es muy complicado de mantener. Nosotros lo hemos conseguido, hemos podido estar todos estos años juntos. No sé si es suerte, tenacidad o labor, pero lo hemos conseguido y estamos aquí. Eso es lo importante.

Pero la furgoneta es muy dura, algo les tiene que dar la música para seguir...

–Muy, muy dura. Te pegas un viaje de ocho horas, vas a Murcia o a Jaén, pero subes al escenario y se te olvida todo. Y la vuelta, pues sí, tienes otras ocho horas, pero vas pensando en lo bien que tocamos, en lo bien que lo pasamos y en lo bien que se lo pasó la gente con nosotros. Esas fuerzas te sirven. Es que yo no puedo evitar querer estar en el escenario. De hecho, te diría que hoy nos vuelve todavía más locos estar en los directos. Eso a pesar que de tenemos algún año más (risas). Es tremenda la ilusión que tenemos y, además, como banda nos encontramos tan, tan bien ahora, que queremos estar en todo momento sobre el escenario. Por eso también tenemos tantas ganas de estar en Urban.

Mirando al futuro, ¿siente que la escena del rock puede seguir enganchando a las nuevas generaciones?

–A pesar de que haya otros géneros más presentes, por así decirlo, sí, yo creo que lo va a hacer. Por ejemplo, mira el Azkena Rock. O el Leyendas del Rock. Estás hablando de miles y miles de personas. Eso algo quiere decir. Nosotros hemos estado este año tocando, no sé, en Burgos ante 4.000 personas. Ves que te viene gente que estuvo en tus conciertos hace 30 años y ahora vuelven con sus hijas e hijos. Es verdad que en los conciertos ves muchas calvas. Pero bueno, eso no quiere decir que las nuevas generaciones no se enganchen.

Por cierto, conciertos en los que, por mucho que la banda tenga canciones nuevas, hay que tocar algunos temas sí o sí.

–(Risas) Evidentemente. A pesar de que tenemos doce discos editados, sabemos que tenemos que tocar Sangre de barrio, Buscando... mirando o Muros. Cuando empezamos a tocar cualquier tema que conoce la gente y el público comienza a cantar... se nos pone la piel de gallina. Eso es una barbaridad. Hay canciones que tienen 40 años y la gente las sigue cantando como el primer día. Eso es brutal. Claro, es complicado hacer un repertorio. Así suele andar Félix volviéndose loco para decidir (risas). Miras también dónde vas a tocar en cada momento. Por ejemplo, ahora en la Urban...

"Ves que te viene gente que estuvo en tus conciertos hace 30 años y ahora vuelven con sus hijas e hijos. Es verdad que en los conciertos ves muchas calvas. Pero bueno, eso no quiere decir que las nuevas generaciones no se enganchen"

Eso, por dónde pueden ir las cosas...

–Sabes que, seguramente, vas a tener un público más fiel a Leize que si estuvieras tocando en un festival. Eso te lleva a hacer una selección de temas que sabes que son garantía. Y tienes claro también que es un público que aprecia lo nuevo, con el que vas a compartir temas del último disco y van a funcionar.

Después de 40 años, ¿el sello de Leize cómo se define?

–Es complicado porque tenemos temas de todo. Por ejemplo, tocas Mi lugar, del disco Deriva, y dices: pues esto no tiene mucho que ver con lo que hacíamos, pero es que es un temazo. Sí, en todas las canciones hay un sonido Leize. Es inevitable.

Desde siempre, Félix Lasa y Toño Rodríguez han sido el eje de Leize. Se tienen que conocer hasta demasiado después de cuatro decenios.

–Pues sí. Con una mirada ya dices: sí, acabo de meter la pata (risas). Son muchos años, muchas horas, muchas convivencias, muchos hoteles... el secreto de estar tanto tiempo unidos puede estar en el respeto y en el trabajo. Siempre hay cosas, por supuesto. Pero hemos ido tirando del carro. El que manda es el grupo, es lo que importa. Eso es algo que desde el principio hemos tenido claro. La banda tiene que tirar para delante por encima de todo.

El de Vitoria es el último concierto de este año.

–Así es. Hemos estado en Jaén, Burgos, Madrid... y eso hora de cerrar la gira del 40 aniversario. Ya toca un poco de descanso (risas).

¿Planes para 2024?

–Para empezar, lo que te comentaba de sacar nuevos temas en euskera. En los años 80 ya cantábamos en euskera, haciendo temas que estaban muy bien, que hoy seguirían sonando frescos. Es como volver a las raíces. Y luego volveremos a los directos, que ya hay fechas firmadas. Tenemos que tocar, tocar y tocar. l