Las letras que crean arte y reflexión de la artista vitoriana Nerea LekuonaJorge Muñoz
La exposición está abierta hasta el próximo 10 de diciembre, pero desde principios de este mes, Nerea Lekuona ha abandonado Artium. Por lo menos presencialmente. El museo ha sido su taller para crear Consignas, una de las dos partes que componenIdealak / Ideales. “Hay sido un gusto. Tener un estudio con tantos metros cuadrados, luz natural, todos los servicios del museo a mi disposición... ha sido un lujazo”, describe antes de cerrar la puerta de esa estancia que ha sido su segunda casa. El resultado de tanto trabajo, eso sí, permanece a la vista del público en la sala A3.
Letras que crean arte y reflexión
En 2021, el museo adquirió Laboratorio en Transición, obra creada a partir de la selección de la idea en la convocatoria de ayuda a proyectos artísticos que Montehermoso realizó en 2019. En el proceso de investigación en el Archivo de Álava, la autora conoció un fondo depositado por el Gobierno Civil de partes de denuncia de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que, en los años de la Transición, iban por las calles recogiendo todos los pasquines, carteles, pegatinas que encontraban haciendo partes de denuncia.
Letras que crean arte y reflexión
Del trabajo con ese material se terminó de materializar un proyecto que llegó a ciudades como Pamplona y que Artium compró para los fondos alaveses de arte contemporáneo que custodia. Eso sí, el museo quiso ir un paso más allá. Dentro del programa Contextos desde una colección, propuso a Lekuona generar una nueva obra. “Me propusieron unos honorarios, un tiempo de producción y me ofrecieron un espacio para trabajar. ¡Estupendo!”.
Letras que crean arte y reflexión
Eso sí, durante el proceso de realización del proyecto para Montehermoso, hizo acto de presencia la pandemia y eso impidió a Lekuona acudir al Archivo de Álava como hubiera deseado. El uso de Internet se convirtió en una solución, abriendo la puerta también a miles de consignas utilizadas durante la época de la Transición que la artista quiso aprovechar para este nuevo proyecto solicitado por Artium, teniendo en cuenta que ambas propuestas iban a dialogar ante el público, como lo están haciendo ahora.
El poder, el pueblo
“Me parecía interesante que se enfrentase de alguna manera lo que el poder estaba difundiendo con lo que el pueblo estaba diciendo en ese momento”. Aquí empezó una nueva investigación, sobre todo llevada a cabo en hemerotecas, en la que la creadora contó con la labor del historiador José Ramón Cuesta Astobiza.
En la muestra que puede ver quienes acuden al museo, Lekuona comparte el resultado de diseñar y realizar de manera artesanal rótulos con palabras extraídas de las reivindicaciones y protestas coreadas en las calles del País Vasco durante aquellos años. La pieza compone un gran mural con 69 carteles rotulados a partir de tipografías que relacionan imagen y texto. La artista invita así a mirar y reflexionar desde el presente sobre aquella época a partir de algunas de las palabras clave del momento.
“Me parecía muy interesante coger palabras de todas esas consignas y acudir a un oficio como es el de rotulista, un oficio tradicional. Hoy en día estas cosas se hacen en materiales que duran lo que duran. Estas piezas, en cambio, son esmaltes sobre madera. Están hechos a la manera tradicional. Incluso si se van ajando y deteriorando con el tiempo, van a adquirir más carácter”.
De esta forma, el concepto de la memoria (tanto social como política) y la reivindicación de lo artesanal se unen para mirar a un momento histórico “en el que nacen o se hacen visibles un montón de movimientos sociales, de reclamación laboral, social… Y se supone que empieza la democracia”, dice la artista, al tiempo que reconoce que “hoy la sociedad no está tan agitada. Las redes sociales nos han aplacado un poco. Ahora la gente reclama desde la comodidad del sofá de casa a través de un móvil. Aún así, hay un espíritu que sigue vivo y más en Euskal Herria, que siempre ha sido un sitio con diferentes inquietudes”.
“Un mundo inagotable”
De hecho, el trabajo de investigación con las consignas realizado por Lekuona y Cuesta Astobiza llega hasta la actualidad, por lo que la autora quiere continuar con el posterior proceso creativo. “El de la letra es un mundo inagotable”, asegura.
Tanto que la creadora afirma que “necesito siete vidas para poder especializarme. Si nos remontamos a la escritura cuneiforme, el Principio de Rebus… es todo muy complejo e interesante. Es algo que me fascina”. De hecho, relata, “cuando viajo, acabo agotada porque leo absolutamente todo lo que veo. Es terrible. En Vitoria, que me la conozco, me consigo relajar”, ríe.
Aunque desde fuera pueda parecer que el uso de las letras como herramienta artística es limitado, lo cierto es que Lekuona lleva años profundizando en este campo. “Es muy amplio”, explica. “Y yo me siento muy cómoda en él”. Por eso admite que “es pasión lo que tengo por las letras. Por eso utilizo todo lo que conllevan. Sobre todo hoy que es todo imagen”, comenta. Es más, entre tanto dispositivo móvil y la sustitución de muchas palabras y expresiones por emoticonos, ella desea “no tener que usarlos” en futuros proyectos creativos.
También en estos tiempos de nubes y limbos tecnológicos, parece que el futuro de los archivos a los que ella tanto recurre está en dificultades. “Cuando trabajé en el Archivo me di cuenta de la importancia de la conservación. Es fundamental para cualquier sociedad y lo seguirá siendo”. De ahí nacen, por ejemplo, los dos procesos creativos que dan vida a Idealak / Ideales, que hasta el próximo mes de diciembre se pueden ver en Artium, donde Nerea Lekuona ya ha cerrado su particular estudio.
Una primera estancia artística en 2016
Un taller abierto en el que los aristas trabajasen a la vista del público, en contacto con él. En muy pocas líneas, sobre esta base se asentaba el espacio Praxis, un programa que Artium desarrolló la década pasada y por el que pasaron creadores de diversa procedencia y con propuestas bien diferentes. Fue el caso también de la autora gasteiztarra Nerea Lekuona.
En aquella ocasión, tomó el museo como punto de referencia en el desarrollo de una propuesta que también conllevó acciones fuera de sus paredes, incluso en los exteriores de Ajuria Enea y el Centro Penitenciario de Álava. Humor, ironía y crítica sirvieron como ejes para un trabajo en el que la artista fue haciendo distintos recorridos ataviada con unas pizarras que portaban todo tipo de mensajes, invitaciones a la reflexión en las que su trabajo con la palabra cobraba un peso específico.
En ese proceso incluso el público tomó parte a la hora de escribir sus propias frases, completando así una experiencia en la que de febrero a mayo de 2016, Artium se convirtió en el particular taller de Lekuona. Un espacio en el que se llegó a jugar a ping pong, aunque había que encontrar la pelota, que no era tan sencillo.
Soy una prostituta según la RAE. Cualquier cosa no puede ser arte. Fueron algunas de las frases que se pasearon, además de manera literal, en el interior y exterior de Artium.