El viaje junto al público acaba de comenzar. Eclipses es una realidad desde hace unos pocos días. Ha costado mucho más de lo previsto en un principio, pero, claro, nadie contaba con una pandemia. Aún así, el segundo álbum de los alaveses Entropía, editado a través del sello alemán Clostridium Records, ya llama a la puerta tanto en su versión digital como en el formato físico (tanto CD como vinilo). Así, la banda de rock psicodélico da relevo a Invisible, su tarjeta de presentación en 2018.

La luz de Entropía

“Es un álbum que habla de la luz y de los contrastes con la oscuridad”, describe Jon Bellido (teclados y voz), quien comparte camino musical con Roberto Nieves (guitarra y voz), Lasto (bajo) y Andoni Penela (batería). Así se presentan temas como Dysania, Caleidoscopia o Thesan, que toma como referencia a una diosa etrusca de la adivinación y también del amanecer.

Canciones que rondan entre los siete y los nueve minutos de duración, algo que parece hoy imposible viendo cómo está el mercado musical. “Buscamos crear una experiencia que dura unos 40 minutos. Nos gusta esa idea de parar un momento y de escuchar un álbum como se hacía antes, que sea una especie de ritual, que la gente esté al álbum, que le acompañe. Sabemos que es algo que ahora parece revolucionario con respecto al modo de vida tan acelerado en el que estamos. Todo es consumo rápido. Las experiencias también. Pero esto te requiere parar y escuchar”.

Detenerse para dejarse atrapar por un trabajo que se registró entre finales de 2021 y principios de 2022 en los Estudios Brazil (Madrid) con Javier Ortiz a los mandos técnicos. “Lo grabamos en analógico, directo a cinta para intentar captar ese sonido de los 70 que tanto nos gusta” y que se terminó de redondear tras ser masterizado por Jonas Munk en Dinamarca. “Para nosotros es un honor que él participe en el disco”.

Un sonido buscado

A pesar de los retrasos acumulados por la presencia de la pandemia, lo cierto es que Entropía ha querido cuidar cada detalle de este trabajo, cuyo diseño ha vuelto a estar en manos de Mikel Uralde. “Al haberlo grabado en directo todos, el disco ha captado muy bien nuestra esencia. Además, hemos cuidado más los arreglos antes de llegar al estudio y está todo un poco más controlado. Teníamos bastante claro lo que buscábamos y estamos muy contentos con el resultado final”.

Eso a pesar de que la intención inicial era haber podido llevar a cabo este álbum en 2020, algo que la situación sanitaria impidió. “Creo que el disco ha terminado pillando algo de esencia de estos tiempos que nos ha tocado, pero tampoco le hemos dado demasiadas vueltas por el hecho de tener que esperar”. De momento, ahora es el tiempo del público, de quienes se dejen atrapar por estos cinco temas. En principio, además, no habrá que esperar mucho para compartirlos en directo. Ya hay alguna fecha confirmada para este otoño (por ejemplo, en Oviedo), aunque la banda está cerrando actuaciones sobre todo tras el cambio de año. “Tenemos muchas ganas de conciertos; también de hacer una presentación chula en Vitoria”.