En las últimas semanas, el rumor era constante y ya se ha terminado de confirmar. El Coro Araba, una de las masas corales de referencia del territorio, se disuelve. En junio, en el festival Musikaste de Errenteria, ofreció su último concierto, aunque está previsto que el próximo otoño ofrezca una actuación especial para bajar de manera definitiva el simbólico telón. Se cierran así 55 años de camino.
"Atrás quedan ya innumerables y gratos conciertos de todo tipo, principalmente en Euskal Herria, pero también en el Estado y en no pocos países de otras latitudes...El objetivo no ha sido otro que cultivar y difundir la identidad y culturas vascas a través de la música coral en euskera y en un registro, el de voces graves, cuya práctica, tras ser una característica coral de Euskal Herria, es por desgracia rara avis hoy en día. Ha sido una vocación del grupo transmitir ese acervo mediante la elección del mejor repertorio posible y haciéndolo llegar con la mejor calidad de la que hemos sido capaces, mediante un trabajo marcado por la constancia y el servicio a la música", según explica la formación en una carta.
"Ese propósito nos ha llevado lógicamente a interpretar música coral internacional de la práctica totalidad de épocas y estilos. El ingrediente fundamental para este trayecto ha sido la configuración de un sólido y entrañable grupo humano que ha constituido una segunda familia para los que hemos tenido la inmensa fortuna de integrarlo".
Razones para el adiós
Como está pasando en otros coros en Álava, y es algo que se veía venir desde antes de la pandemia, la falta de relevo generacional está en el origen de esta decisión. "Hay una razón estructural para esta despedida: la inexorable ley de vida y la caducidad de todo lo humano. Simplemente nos hemos hecho ya demasiado mayores como para mantener la calidad esperable y que siempre hemos querido ofrecer. Por desgracia no somos como el tejo, capaz de regenerarse completamente a través del reenraizamiento de sus propias ramas...".
En este sentido, "preferimos por tanto decir adiós antes de que nuestras prestaciones caigan demasiado. Sin embargo, hay también un motivo coyuntural. Tras no pocos esfuerzos, no ha sido posible recabar savia nueva que prolongara nuestra trayectoria. Y es que lo que nos ha pasado es también reflejo de la preocupante realidad del mundo coral, el cual, con honrosas excepciones, camina por senderos decadentes, con cada vez menos densidad de grupos, y con repertorios e interpretaciones de dudosa solvencia en no pocas ocasiones. El coralismo no parece tener hoy el atractivo suficiente".
Reivindicar el canto coral
Así, "aún sabiendo que es difícil por la infinita oferta actual de ocupación del tiempo vital, aprovechamos esta despedida para reivindicar la necesidad de rearraigar el canto en nuestra sociedad, en nuestras casas, en las ikastolas/ikastetxes. Lo hacemos con la absoluta convicción de que esta actividad es fundamental para generar músicos sólidos. Pero también como un poderoso método para socializarnos e integrarnos colectivamente desde que somos niñas y niños, pues el coralismo implica la activa puesta en práctica de valores que nos hacen ser mejores... más Homo/Mulier sapiens. Por añadidura, cada pueblo, a través de fórmulas sorprendentemente personalizadas, utiliza el canto como un elemento trascendental en la plasmación y vertebración de su identidad como tal. El nuestro es un perfecto ejemplo de ello".
"En definitiva, en nuestras casas deberíamos acostumbrar desde la cuna a nuestros y a nuestras txikis a escuchar voz y música real a ser posible realizada por nosotros mismos. Y no debería haber ni un solo centro educativo vasco que no tuviera grupo coral/instrumental en activo con profesionales habilitados y consagrados en su gestión. Sin esto será imposible el nacimiento y pervivencia de agrupaciones solventes".
De todas formas, el coro se despide con un agradecimiento fundamental al público. "Nuestro más cariñoso agradecimiento a todas y a todos los que nos habéis acompañado y habéis compartido nuestra vida coral. Ha sido, sobre todo, un gran placer".