Gracias a su labor desde hace más de diez años en torno al diseño de vestuario para cine, el de Nerea Torrijos se ha convertido en uno de los nombres de referencia dentro del sector audiovisual. Propuestas como las realizadas en Irati o en 20.000 especies de abejas son las últimas de una larga y premiada lista de producciones que llevan su sello, como Akelarre, que le dio su primer Goya, aunque a buen seguro no será el último ni para ella ni para sus Vasconas, que es como llama a su equipo de trabajo. Pero la creadora bilbaína vuelve hoy a Gasteiz mostrando otra faz, la de directora de cortometrajes.
En febrero del año pasado, con localizaciones como el Museo de Bellas Artes de Álava, Torrijos se puso por primera vez detrás de una cámara para dar vida a Influencer. Hoy, en cierta forma, se completa el ciclo con la presentación en Vitoria de esta pieza protagonizada por Edurne Azkarate. Será en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba), en el marco de la penúltima jornada del festival iCOFF-Gasteiz.
“Siempre soy muy crítica con mi trabajo, muy exigente, y este caso no es una excepción. Pero es verdad que es un cortometraje que está teniendo mucho más recorrido que el que pensaba al principio”, apunta Torrijos sobre esta historia protagonizada por Karen, una joven obsesionada con la influencer más importante del momento. Ahí está la oyonesa Azkarate, que “es de las actrices de su generación que más talento tiene, por no decirte la que más; es una grande, la mejor”.
En el origen de este debut se encuentra una charla mantenida hace ya unos años. En su cabeza, de una manera natural y orgánica, empezó a nacer una idea para un cortometraje mientras volvía de un rodaje en Cantabria hablando con amigos sobre “las cosas de la fama, cómo sería la vida de un determinado futbolista o de Michael Jackson, por ejemplo. Conversábamos sobre cómo nos sorprendían ciertas cosas de la sociedad en base a estas personas que son tan relevantes”.
Fue durante la pandemia, tras exponerle el proyecto al director de cine gasteiztarra Paul Urkijo, que en Influencer ejerce como productor, cuando ese primer impulso se terminó convirtiendo en un rodaje con todas las letras. Al recordarse en ese papel de directora, Torrijos apunta que “me encantó la experiencia; me sentí muy cómoda, como si ya lo hubiera hecho antes”.
Además, la historia no deja de tocar algo que ella conoce bien, puesto que es una persona bastante activa en redes sociales. “Me encanta compartir mi día a día, pero ni soy, ni me siento, ni quiero ser influencer”. De hecho, “tengo una opinión crítica sobre ciertos influencers y sobre ciertos aspectos de la sociedad que crea este tipo de plataformas que están distorsionando tanto la realidad. ¿Haces cualquier cosa por vivir de postear fotos? Es ahí donde voy con este cortometraje”.
Así lo podrán ver quienes acudan hoy al iCOFF. Ella, de momento, no se plantea volver a dirigir. “Tal vez pueda repetir más adelante pero yo, a día de hoy, soy muy feliz con mi trabajo”. El futuro dirá.