Hace casi un decenio que Édouard Louis consiguió con su primera novela, En finir avec Eddy Bellegueule, un éxito dentro y fuera de Francia más que destacado. Eso a pesar de que el libro, de carácter autobiográfico, hablaba, a grandes rasgos, del acoso escolar y familiar sufrido por un joven de clase social media baja por el hecho de ser homosexual. Antes de la pandemia, Pamela Carter hizo afrontó el reto de llevar el libro a la escena, consiguiendo también un recorrido más que interesante. Este sábado, el montaje realizado por LaJoven siguiendo esta adaptación llega a la capital alavesa.

En concreto, Para acabar con Eddy Bellegueule se va a poder ver a partir de las 19.30 horas en el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo), quedando todavía entradas disponibles. Frente al público se encontrarán Raúl Pulido y Julio Montañana Hidalgo, encargados –bajo la dirección de José Luis Arellano García– de dar vida a una producción que habla “de todos los diferentes que no son aceptados, sobre todo en sus entornos más cercanos”.

La obra, que antes de su fallecimiento iba a estar dirigida por Gerardo Vera, es “la historia de una transformación, la del niño peculiar que tiene que sobrevivir en el entorno de violencia, machismo, pobreza, homofobia y alcoholismo en el que tiene la mala suerte de nacer. El niño sensible e inquieto que debe ocultar su verdadero yo para intentar ser aceptado. El adolescente que se desvive por parecer un hombre de verdad para esquivar así el destino de abusos y humillaciones al que parece condenado”.

Eso sí, todo ello se relata sin perder la esperanza, sabiendo que el protagonista es capaz de encontrar, a través de la educación y la cultura, una puerta de salida. “Es un claro ejemplo de muchos de los problemas que afectan a la juventud, problemas a los que aquí se les pone nombre”, apunta Montañana. Por ello, aunque la pieza también apela de manera directa al público adulto, se espera que al Félix Petite acudan muchos jóvenes, ya que encontrarán en estas escenas reflejos de sus propias situaciones personales.

Al fin y al cabo, aunque en la producción no se trate de manera directa, hoy “estamos ante un problema muy grave con respecto al bienestar mental de los adolescentes”, como describe David Peralto, presidente de la Fundación Teatro Joven. “Estamos en una situación extrema, con cifras de suicidios en constante incremento”, situaciones ante las que serían necesarias actuaciones inmediatas que no se están dando. Por ello, montajes de este tipo son necesarios, también porque no “se dirigen al espectador joven con obras infantilizadas”, sino todo lo contrario.