“Desde que en 2015 puse en marcha Mara-mara diskak he tenido un claro objetivo: hacer regalos a los niños, de manera individual, cogidos de uno en uno”. Jabier Muguruza presentó esta semana en Donostia Txitxarroa eta atuna, su sexto disco dirigido para el público infantil.

En la rueda de prensa, que tuvo lugar en la biblioteca Central, le acompañaron el grueso equipo que le ha rodeado en este proyecto. La escritora vizcaína Leire Bilbao se ha encargado de las letras de este álbum, en el que además de Muguruza han participado el teclista Mikel Azpiroz, el guitarrista Jean Marie Ecay y el batería Karlos Arancegui. La grabación se llevó a cabo el año pasado en los estudios de Mamusic en Donostia y, además del irunés, Nieves Arilla también ha participado en las voces, mientras que en el coro infantil han cantado Ametsa Unanue y Albert Setién. Como de costumbre, el arte de este trabajo ha corrido, al igual que en ocasiones anteriores, a cargo de Pedro Balmaseda.

Muguruza creó en el año 2005 el sello Mara-mara diskak con el objetivo de editar discos dirigidos al público infantil, siempre con dos claves: la música sería compuesta por él, mientras que las letras correrían a cargo de literatos del país. “El niño, de por sí, es muy frágil y yo he querido destinar regalos, hechos de música y palabras a esa fragilidad”, comentó el artista sobre su voluntad de forjar una cultura musical desde la más tierna infancia. Así, en aquel mismo 2005 publicó Nire gorputza, en el que contó con la afilada pluma de Juan Kruz Igerabide.

Su segundo disco infantil llegó once años después. Se tituló Harriaren hiztegia, un trabajo en el que el de Irun puso melodía a pequeños poemas firmados por Bernardo Atxaga. En 2020, en plena pandemia, en cambio, recurrió al hermano del autor de Obabakoak, Iñaki Irazu, con el que publicó Oker (txakurra da). El quinto álbum infantil, Dodoa, llegó en 2021 y Muguruza contó con Iñigo Astiz para encargarse de las palabras.