Como suele ser habitual por estas fechas, la celebración en Vital Fundazioa Kulturunea de la Semana de Cine Vasco ha llevado a la actual temporada de los Martes Musicales a tomarse un pequeño descanso. Sin embargo, tras el paréntesis de la semana pasada, toca volver a citarse con el público, esta vez gracias a la actuación en el escenario de Dendaraba del Dúo Zenaty-Jirikovsky.

Al igual que en ocasiones anteriores, el recital arrancará a las 19.30 horas, quedando todavía algunas pocas entradas disponibles, que se pueden conseguir por ocho euros cada una.

El programa elegido por el Dúo Zenaty-Jirikovsky para esta cita trae un joven Mozart de veintidós años, con una sonata que refleja la indescriptible ligereza de su creatividad, sin una sombra de tristeza, según explican desde el ciclo organizado por Fundación Vital. También Mendelssohn pretendía crear una sonata alegre e ilustrada, sin embargo, esta intención quedó inconclusa. Más de cien años después, el famoso violinista Yehudi Menuhin descubrió un manuscrito incompleto en el archivo de Leipzig y, con pequeñas modificaciones, interpretó esta brillante sonata.

En cuanto a Paganini, “debemos alegrarnos de que se dedique más a tocar el violín que a componer. De lo contrario nos avergonzaría a todos”, dijo en su momento el célebre Rossini. Lo que Paganini inició de manera tan revolucionaria fue desarrollado por Pablo de Sarasate. Ambos extravagantes, ambos celebrados, ambos condenados... Tchaikovsky, por su parte, fue el tipo de compositor que muchos periodistas hoy llamarían “un creador de éxitos”. Su particular sentido de la melodía, a veces intimista, a veces rimbombante, es irrepetible.

Para cerrar el programa diseñado para este recital, Ivan Zenaty (violín) y Petr Jirikovsky (piano) han elegido a Maurice Ravel, en quien “siempre encontramos algo francés, suizo y español, delicado y deslumbrante, sofisticado y bárbaro”. Un maestro con un sentimiento inimitable por las posiciones extremas de cada instrumento.