Mario Casas, uno de los actores con más tirón de su generación, estrenará el próximo 25 de agosto su primera película como director, Mi soledad tiene alas, una historia de amistad, delincuencia y amor sobre unos “Bonnie and Clyde de barrio”, según comentó ayer el realizador.

Inmerso estos días en el montaje del filme, que protagonizan su hermano Óscar Casas y la debutante Candela González, Casas presentó a un grupo de periodistas un primer avance de imágenes rodadas entre la periferia de Barcelona y Madrid durante siete semanas. “Me considero más que nada director de actores”, señaló tras la proyección, “para mí lo más importante es llevarles a ellos de la mano para contar la misma historia”.

Mi soledad tiene alas gira en torno a un joven grafitero llamado Dan y sus amigos en un barrio humilde de la periferia de Barcelona. Se dedican a los atracos para subsistir, pero cuando algo sale mal se ven obligados a huir a Madrid, un viaje que les transformará por dentro.

Según explicó Casas, los atracos son “una excusa” para situar a los personajes en un contexto de dificultad y peligro, pero “la película va de amistad, de relaciones familiares en situaciones complicadas y de amor”.

En su debut, está arropado por Nostromo Pictures, productores de grandes éxitos de taquilla como Palmeras en la nieve, que Casas protagonizó, la trilogía del Baztán o la reciente Los renglones torcidos de Dios. La productora Nuria Valls explicó que sabían que el actor quería dirigir desde hace años, y que cuando llegó con su propuesta vieron “una apuesta clara por una historia sincera y una mirada cercana y sin prejuicios”.