A veces la democracia termina siendo un poco traicionera, máxime dentro de un grupo de música cuando toca elegir nombre. “Hubo cinco votos a favor y uno solo en contra, el mío”, recuerda el cantante, compositor y guitarrista Iñaki Viteri. Por eso, como perdió frente a los otros componentes de Viteri, la nueva banda nacida en la capital alavesa lleva por nombre su apellido. “Yo no quería”, sonríe.
Anécdotas a un lado, lo cierto es que este sábado, el público gasteiztarra puede compartir el primer concierto de este proyecto y conocer de primera mano el camino que quieren iniciar juntos Aitor Rodríguez (bajo, arreglos y composición), Fer Heras (batería), Iker Amuriza (teclados), Estíbaliz Urkiza y Maitane San José (coros, teclado y guitarra). Todos ellos, junto a Iñaki Viteri, estarán el 21 a partir de las 22.00 horas sobre las tablas de la sala Mítika. Todavía quedan algunas entradas a la venta, que se pueden conseguir por 8 euros en compra anticipada y 10 si se espera a pasar por la taquilla del espacio de la calle La Paz.
Rock "tirando a sinfónico" y con "un toque de jazz" sirven "para cantar sobre la vida, las cosas que pasan, las experiencias propias"
Una docena de temas compondrán el repertorio que se está ultimando. Eso sí, al público se le requiere tanto confianza como capacidad para dejarse sorprender, puesto que, de momento, el grupo ha preferido no difundir ninguna de sus canciones. Aún así, tampoco quieren que los asistentes vayan a ciegas. “Nos han dicho que es como si metes a Neil Young y a Pink Floyd en un bote”, apunta Iñaki Viteri. Afinando un poco más, “podríamos hablar de un rock tirando a sinfónico, con toques de jazz; de rock progresivo. Lo que sí creo es que hacemos algo único, que no vas a poder escuchar en otras bandas”.
El resultado es “algo muy compacto, que tiene principio y final. Hablamos de la vida, de cosas que pasan, de experiencias propias. A partir de ahí, se establece un hilo argumental en el que la gente va a tener tiempo para emocionarse, llorar y reír. Habrá un poco de todo”.
Tras este estreno, el sexteto tiene claros sus próximos pasos. En un estudio de la capital alavesa, la formación grabará su primer disco este mismo mes de marzo. La idea es, además, poder disponer de este material de cara a empezar a armar una agenda de actuaciones para finales de primavera y verano.
La pandemia como detonante
Más allá de que ahora el grupo “está tomando ya entidad como tal”, es en Iñaki Viteri donde está el comienzo de toda su historia. Hace unos cinco años acudió a un centro de formación musical y allí conoció tanto a Urkiza como a Rodríguez.
Poco a poco fue sumando conocimientos hasta que en marzo de 2020 todo se paralizó por la pandemia. Bueno, todo no. A él, el confinamiento le trajo un momento en el que “me reventó la cabeza y empezaron a surgir melodías y letras por todos los lados. Fue la primera vez que hacía algo así. Mi experiencia anterior era cero”, dice el cantante y guitarrista.
Ese material –que dio para unos 30 temas– lo fue compartiendo y dibujando con Rodríguez, que fue el que puso la posibilidad de montar un grupo. Así comenzó una aventura a la que se han ido sumando músicos “con una profesionalidad bestial”. Entre todos conforman una apuesta que “cuando menos, es peculiar en cuanto a letras, melodías, armonías… Han salido cosas bastante interesantes”.
Toca compartir todo ello con el público, un momento lleno de ilusión y también de algunos nervios. “No tengo experiencia anterior y, claro, para mí todo esto es una bomba. Esto no me lo hubiera imaginado nunca. El trabajo que hay detrás es mucho, sobre todo el que cada uno de nosotros ha hecho en casa de manera individual”, expresa Iñaki Viteri horas antes de que el simbólico telón se suba.
Él, de momento, ha parado además de componer. “Bueno, es que me lo han impuesto”, sonríe. Las melodías, eso sí, siguen surgiendo y esperan un momento propicio para desarrollarse. Por ahora, toca disfrutar de lo que se vivirá este mismo sábado en la sala Mítika.