Será en primavera cuando se adjudiquen las obras de reforma del Principal y a partir de ahí empezará a contar el reloj para el cierre del centenario teatro durante el tiempo que duren los trabajos. En principio, según los cálculos temporales con los que está trabajando el Ayuntamiento de Gasteiz, será en diciembre cuando las tablas de la calle San Prudencio se despidan del público. 

Lo que parece seguro es que la próxima edición del Festival Internacional de Teatro de Vitoria se celebrará con normalidad, es decir, contando con su sede fundamental todavía en activo. Pero, según la concejal de Cultura, será lo último que, con toda probabilidad, se produzca en este espacio. “Como muy tarde, será a principios de 2024 cuando se cierre”, apunta Estíbaliz Canto. “Lo que sí nos tenemos que hacer a la idea es que las obras se van a llevar a cabo”.

A partir de ahí, la Red Municipal de Teatros –que completan los escenarios de los centros cívicos Iparralde, Félix Petite, Hegoalde y Lakua– está estudiando “diferentes posibilidades” con la idea de tener para este mes de febrero un mapa de situación y de cómo se va a afrontar el tiempo en el que el Principal no se va a poder usar. 

En este sentido, recuerda Canto, el Consistorio ha adjudicado, o está en proceso, diferentes actuaciones en el Félix Petite –al fin y al cabo, el teatro con más aforo, a excepción, claro, del centenario edificio de San Prudencio– y el Palacio de Congresos Europa. 

Varias opciones

Con todo, el Ayuntamiento de Vitoria está barajando otros escenarios para poder afrontar las distintas temporadas que se van sucediendo a lo largo del año. Es más, si los planes municipales se cumplen, la próxima temporada navideña –tras haber recibido más de 10.000 espectadores esta vez– será la primera afectada por las obras.

Así las cosas, “estamos estudiando otros espacios”, según Canto, que no concreta cuáles pueden ser, aunque sí menciona uno no exento de cierta polémica, el Iradier Arena. El recinto fue usando durante los peores momentos de la pandemia para poder cumplir con las restricciones sin paralizar la actividad cultural, pero esos meses de gestión con agentes locales del sector dejaron claro que el recinto necesita de varias mejoras para poder llegar a unos mínimos a la hora de acoger conciertos. 

Cabe recordar, además, que no se llegaron a hacer allí espectáculos de teatro o danza, aunque sí algunas propuestas escénicas de carácter familiar. Con todo, y aunque se ha dejado de hablar de su posible intervención para mejorar sus prestaciones, el Iradier vuelve a estar en los planes para intentar mitigar la falta de un escenario con un aforo que ronda las 1.000 butacas, como es el del Principal.