Izaro (Mallabia, 1993) estrenará un documental biográfico el 14 de noviembre en el marco de la 64º edición de Zinebi, Festival Internacional de Cine Documental y cortometraje de Bilbao. El filme de la cantante vizcaína residente en Donostia es uno de los cuatro nuevos largometrajes que se proyectarán en el Teatro Arriaga. Las entradas saldrán a la venta mañana.

La propia Izaro Andrés Zelaieta confirma la dirección de la obra titulada Limoiari eztia, en la que “los espectadores asisten a la preparación del concierto de la cantante vizcaína en el velódromo de Anoeta”, detallaron ayer desde la organización de Zinebi. Izaro fue la primera mujer euskaldun en colgar el cartel de soldout en la taquilla del histórico Velódromo de Anoeta. Llenaron las 5.800 localidades del recinto.

El documental –guionizado por ella misma– suma al título de Limoiari eztia (Al limón, miel), un subtítulo como es “reivindicar la ternura”. “El proceso de este documental –desmiga la autora de éxitos pop como La felicidad, Delirios o Mi canción para Elisa– ha sido muy especial para mí, muy especial, arduo, hermoso y difícil”, esgrime y va más allá aseverando que, junto a Ander Merino Etxebeste, ha tratado de plasmar en su ópera prima su “viaje emocional personal, los tratados de paz, la cooperación y la revolución del cuidado y la ternura. Es un proyecto muy íntimo, bonito y duro a la vez, terapéutico y muy acompañado”.

“Un trozo de su vida”

Izaro se muestra con mariposas en el estómago y encantada porque, de algún modo, en esta película se desnuda ante la audiencia. “Muestro un trozo de mi vida”, amplifica quien, al mismo tiempo agradece a su manager, Sergio Cruzado, “por verme tanto, tan bien, y por seguir mirándome y viéndome más. Y también a mi terapeuta”, completa esta artista enamorada de Donostia que ha aportado canciones a bandas sonoras de películas como Pikadero, de Ben Sharrock; Nora, de Lara Izagirre; y El vasco, de Jabi Elortegi.

Antes de firmar una página en el libro de la historia de la música euskaldun, Izaro había publicado tres discos, había participado en programas y concursos de televisión en ETB y formó parte del coro joven de Mallabia. Era un tiempo en el que reconocía que enfrentarse a un solo la ponía muy nerviosa: “Me muero de la vergüenza si tengo que hacer un solo”. En aquellos días, no sabía tocar la guitarra y sus primeros trasteos en el mástil de seis cuerdas le llevaron a hollar quizás su canción más redonda: Paradise. También Tu escala de grises.

Y disco a disco, logro a logro, escalón a escalón, llegando al número uno de ventas del Estado, se dio de bruces con la pandemia del coronavirus, como el resto de los mortales. De ahí, nació el sueño de un disco doble con colaboraciones de algunas de sus canciones. Y llegaron Amaral, Eñaut Elorrieta, Zahara, Pedro Pastor y más y más, a estar presentes en su disco Limones de oro.

Ahora, el 14 de noviembre, al oro de sus éxitos agregará un ingrediente que siempre ha incluido en sus melodías: la miel. El documental suma al título de Limoiari eztia un subtítulo como es “reivindicar la ternura”, fin que de forma buscada o no, lleva labrando desde hace años.

Entre las películas seleccionadas en Zinebi se encuentran también Tetuán (Iratxe Fresneda, 2022), Bigarren ekitaldia (Ainhoa Urgoitia y Enrique Rey, 2022), el más reciente cortometraje de Velasco Broca, Alegrías riojanas (2022) o la cinta que nos ocupa, Limoiari eztia, cosecha de Izaro Andrés y Ander Merino. “¡Pufa! Hasta aquí hemos logrado llegar…”, pone Izaro punto final con una sonrisa.