La nueva edición de la muestra de artes de calle de la capital alavesa, KaldeArte, se encuentra ya en plena cuenta atrás. Es el momento de recuperar el formato tradicional del certamen, sin restricciones de aforos ni otros condicionantes vividos hace doce meses a causa de la situación sanitaria. Así que llega un 2022 que va a ser especial en muchos sentidos y que va a tener una inauguración oficial a la altura del reencuentro: todo un estreno que une a dos de las compañías de referencia de la escena vasca, Deabru Beltzak y Hortzmuga Teatroa. Senta se podrá ver tanto el viernes a las 22.00 como el sábado a las 22.30 horas, iniciando su recorrido ambos días en la plaza del Arca para llegar a la Virgen Blanca.

"Tiene que ser una propuesta de calidad que el público vea, escuche y disfrute", apunta Raúl Cancelo (Hortzmuga) en las jornadas previas de trabajo, unos ensayos que van a continuar en la capital alavesa hasta el mismo día del estreno. "Lo que proponemos es algo muy nuevo y distinto y no sabemos cómo va a reaccionar el público, pero tenemos muchas expectativas", añade Garbitxu (Deabru Beltzak). Es evidente que hay sorpresas que no se pueden dar a conocer, pero sí es posible dar algunos detalles de una producción en la que teatro, música en directo y pirotecnia se unen tomando como punto de partida la ópera El holandés errante de Richard Wagner.

Como relata Cancelo, tras profundizar en el mundo del compositor, siempre aparecía la misma pregunta: "¿por qué todos los personajes femeninos en estas óperas están en segundo plano, como para servir al protagonista para que brille?". De ese hilo se empezó a tirar para, aprovechando el tiempo de parón derivado de la pandemia, dar forma y fondo a una colaboración en la que "ha habido una buena simbiosis", según Garbitxu.

Con la música como hilo conductor -apartado en el que está siendo básica la labor de composición de Jon Aguirrezabalaga- pero sin perder de vista la videocreación, se presenta a Senta realizando un viaje a la deriva en una especie de barco fantasma que, en realidad, es una estructura en la que va todo el dispositivo técnico necesario. Saioa Mcash es quien da vida a una mujer que va "desde ese momento en el que se encuentra sola frente al abismo hasta que sale empoderada", un final en el que "queremos que público bailando y metido en la fiesta que le vamos a proponer".

En el espectáculo itinerante ella está acompañada por una serie de series abisales (Zesar A. Ogara, Rubén Sastre, Dario Campos, Alexander Alonso, Iker Barrientos y Erlantz Eizmendi) para ir dando cuerpo a una pieza en la que "hablamos de los miedos, de que hasta que no los dominamos, no sabemos tirar hacia adelante". Una reflexión en la que también es fundamental el trabajo de la guitarrista Nagore M. Jauregi (MoonShakers).

Hasta llegar aquí, ambos creadores reconocen que "el proceso está siendo muy interesante", tanto en lo narrativo como en la parte técnica, puesto que se trata de un espectáculo autónomo. "Podemos ir a cualquier sitio y no necesitamos ni una toma de corriente. Claro, eso supone dotar a la estructura de una fuerza técnica suficiente para que todo se pueda ver y eso nos ha planteado unos cuantos retos técnicos y dramatúrgicos", añade Cancelo, quien reconoce que "cómo empastar todo ha sido tal vez lo que más tiempo nos ha llevado, más allá de que el trabajo conjunto ha sido en todo momento muy sencillo".

Al camino realizado antes del estreno este viernes ha ayudado la ralentización de los tiempos impuesta por la pandemia. Eso sí, como dice Cancelo, "teníamos ganas de volver a la calle y recuperar ese momento de contacto y encuentro con la gente". Es hora de dar ese paso tras estos dos años largos. El viernes toca la primera representación. La cuenta atrás ya no para.