El próximo 9 de junio, su padre cumpliría 84 años. Es el mismo día elegido para publicar Ahora que me habitas (Ediciones Passer). “Él quería que escribiera su biografía pero nunca llegamos a ese puerto”, recuerda el escritor vitoriano Adolfo Marchena. “Me pidió que hiciera un libro y aquí está”, un poemario que viene a cumplir la palabra dada a quien ya no está, que acude a encontrarse con un público que, sin conocer a su protagonista, encontrará entre estas páginas muchos sentimientos, emociones y vivencias comunes.
Tras la portada creada de manera específica por el pintor Esteban Delgado (Estibi), se encuentra un libro creado en un mes y 13 días de escritura sin parar. “Cuando murió estuve tres jornadas como en shock. No soy religioso, pero es verdad que al tercer día fue como resucitar”, dice con una sonrisa el autor. “Estuve día y noche. Éramos él y yo, no había nadie más. No había un destino para lo que estaba escribiendo. Sabía que era mi compromiso hacia él, que no podía fallar a mi palabra”. Eso ocurrió hace tres años y medio.
En este plazo, Marchena ha seguido publicando otras referencias pero a esta creación le ha dado su tiempo y sus correcciones. Necesitaba reposo y una atención especial. “No es un libro impostado, donde no diga lo que quiero decir. Cuando lo escribí no sentí dolor. No es un libro de dolor. Es mi padre”. Por lo tanto, era imprescindible tomar algo de distancia y esperar a que llegase el momento indicado. Ahora es. También por el hecho de encontrar la editorial que mejor casase con los fondos y las formas del poemario.
A partir de ahí, se presenta “un viaje por el duelo, un tránsito que para mí era necesario”, un camino que “creo que el lector o la lectora van a captar bien. Incluso creo que se va a identificar con el proceso, va a decir que es algo universal, que se entiende, que es lo que él o ella pueden sentir de alguna manera”, describe Marchena, que defiende que Ahora que me habitas “es un libro bello, escrito con un lenguaje sencillo y un ritmo bastante ágil”. Páginas en las que se van tocando diferentes temáticas: “se refleja su niñez, el estraperlo, aquellos tiempos de posguerra, su vida, lo que fue para él la aviación, el amor, la relación paterno-filial. Y se habla de la muerte, claro”.
Está previsto que sea en septiembre cuando se haga una presentación oficial del poemario, más allá de que sea ahora cuando llega a las librerías. Una publicación que se produce en un instante en el que en la trayectoria literaria de Marchena están ocurriendo muchas cosas, también gracias al recorrido que sus propuestas están teniendo en diferentes partes de Latinoamérica. Ahora mismo, por ejemplo, está publicando en la revista venezolana Letralia diferentes relatos que, en principio, iban a formar parte del libro Amancio es mi nombre de pila. “Están ocurriendo muchas cosas en poco tiempo”, asume con una sonrisa el creador vitoriano. Lo más inmediato, eso sí, es el encuentro con los lectores de su nuevo poemario, de su promesa cumplida, de su palabra dada, de un Ahora que me habitas que ya es una realidad a compartir.
La primera versión fue creada en un mes y 13 días de escritura sin parar tras el fallecimiento, hace tres años y medio, de su progenitor
“Es un libro bello, escrito con un lenguaje sencillo y un ritmo bastante ágil” en el que los lectores “se van a poder identificar”