- Una estrella de acero corten de 2,5 metros de altura y 1,40 de anchura, decora desde hace unas semanas la zona adoquinada a cielo abierto, que se encuentra junto al pórtico de entrada a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Artziniega. Un espacio éste ya llamativo de por sí, al encontrarse sus bóvedas plagadas de coloristas pinturas contemporáneas, obra de artistas locales, que se han convertido en todo un pasatiempo para visitantes que intentan localizar los “gazapos” insertados adrede en las imágenes de los santos, pues encierran desde botellines de cerveza, tatuajes y ordenadores, hasta tiritas, páginas amarillas o preservativos.

Pues bien, la citada escultura también es obra de un artista local, el escultor Xabier Santxotena que, aunque del navarro valle de Baztán y orgulloso agote, lleva afincado unas cuantas décadas en esta localidad alavesa que, este 2022, anda mostrando su mucha riqueza cultural, patrimonial, histórica y paisajística, con motivo de la conmemoración de los 750 años transcurridos desde que obtuvo el título de villa. “Artziniega es cultura, y yo no podía dejar de poner mi granito de arena a la celebración de este aniversario tan especial, así que le propuse al Ayuntamiento la posibilidad de ceder en contrato de comodato algunas de las esculturas que tenía previsto llevar a mi parque museo de Bozate (Arizkun), de manera que pudieran ubicarse en distintos puntos del municipio para disfrute de la gente, y así se ha hecho”, explica el autor.

La primera de ellas -Espacio para una aparición y elaborada a partir de la rama que se desgajó el pasado otoño de la centenaria encina del santuario local- se expone desde primeros de año en el hall de entrada de la propia Casa Consistorial. Pero, desde el 9 de abril y, como poco, hasta final de año, otras tres esculturas de Santxotena jalonan sendos rincones de la villa.

Así es como Euskera gure izarra, que así se llama la estrella ubicada junto a la parroquia del Casco Histórico, terminó convirtiéndose en una especie de faro guía plagado de simbolismo. “Es un homenaje al euskara. Lo más importante que tenemos es el habla, nuestra lengua. Una estrella polar a seguir, y el tema que nos une a toda la sociedad como se ha visto en la Korrika, que nace del vacío surgido tras dibujarla y recortarla de un panel de acero. Es potente de lo sencilla que es”, matiza Santxotena, que tampoco ha dejado al azar la ubicación. “Es un punto de referencia importante. Un guiño a la primera Biblia en euskara, que fue mandada traducir por Juana de Albret, al monje Joanes Leizarraga, ya en el siglo XVI, siendo éste uno de los primeros documentos de gran circulación en lengua vasca”, dice quien no es la primera vez que recuerda con su obra a la regente de Navarra y madre del rey de Francia Enrique IV, pues es protagonista de uno de sus bustos gigantes de la serie Promujeres del país.

La siguiente parada es la entrada a la fragua de Pablo Respaldiza, también en pleno centro histórico, donde se ha instalado Artoari, en reconocimiento a uno de los principales alimentos del ser humano: el maíz. Otra composición de 2,5 metros de altura, que tiene como elemento principal “una rueda de reja idéntica a las que se fabricaban en esta fragua para los carros de los embarrados caminos del norte, a la que he ido añadiendo diferentes instrumentos para trabajar la tierra y una máquina para desgranar las mazorcas, que antaño en los baserris se hacía a mano en todo un ritual en armonía y colaboración entre vecinos”, apunta Santxotena, quien aún tiene en su mente “la sinfonía de un aguacero sobre un maizal en pleno julio, cuando era un niño de diez años. El pan blanco era cosa de ricos, las familias humildes nos alimentábamos del hoy famoso talo, que no es otra cosa que las tortas que se elaboraban con la harina de maíz que tanta hambre quitó en la posguerra, y de aquí mi homenaje a un alimento imprescindible para el ser humano”, subraya.

La tercera parada es en el jardín de entrada al Museo Etnográfico de Artziniega, donde se ha instalado la pieza más racional de esta ruta escultórica. Se trata de Homenaje a Alexander Calder, el escultor estadounidense conocido por ser el inventor de las esculturas móviles colgantes y precursor de la escultura cinética, y como toda obra de Santxotena también encierra su historia. “En una visita que hice a las Sears Towers de Chicago se me quedó grabada la imagen que producía la sombra de un modulo geométrico de Calder, colocado en su patio, que se movía con el cambio de temperatura ambiental, y me lo apropié plasmándola en un boceto. Lo tenía olvidado, pero cuando preparamos en el Taller Museo de Artziniega los cursos infantiles que ofertamos por redes sociales durante el confinamiento para enseñar a niños y niñas el proceso de creación de una escultura, una de las piezas que trabajamos desde la idea de un simple boceto fue ésta. Me resultó tan maravillosa la experiencia que decidí llevarla hasta su consecución. El resultado es una pieza móvil de colores muy bonita, que puede generar variantes infinitas”.

Con todo, no es el único artista de Artziniega que está colaborando con su obra en este 750 aniversario de la villa. De hecho, mañana se inaugurará otra ruta que han denominado Arte en movimiento, y en la que participan 16 artistas locales y 27 establecimientos, que exhiben en torno a un centenar de obras. Se trata de una iniciativa que, a lo largo de todo mayo pretende dar visibilidad al sector comercial, hostelero y de servicios, y a la cantidad y calidad de artistas que tiene la localidad por metro cuadrado.

“La mayoría somos pintores, pero también hay escultores como Jose Maria Olanga o José Luis Fernández Txubas, que hemos cedido obras para que estén presentes en los escaparates de los establecimientos, incluidos los tres museos de la localidad”, explica la pintora Teresa Lafragua, una de las artistas colaboradoras en esta ruta, en la que también destacan pinceles consagrados como los de José María y Mikel Pinto (padre e hijo), seleccionados el pasado febrero para la 57 edición premio Reina Sofía de Pintura; Alejandro Quincoces o Jorge Núñez (en listado de acuarelistas vascos); así como Fernando Ureta o Pilar Álvarez, para los que exponer no es novedad.

El listado lo completan creadores aficionados como Pedro Aguinaga, Luis del Vado, Nieves Villameriel, Manuel Partera, Peio Ureta, José Luis Cebolla, y Aintzane Iturribarria, con obra que va desde paisajística y retratos hasta grabados y abstracta. “Cada artista tiene dos ubicaciones que se han distribuido por sorteo, más presencia en las exposiciones colectivas que se han instalado en el Taller Museo Santxotena y el Etnográfico, y todo el que se acerque a Artziniega, podrá disfrutar de la ruta de la manera que lo desee, ya que van a poder hacerse con el plano, que va a estar en los establecimientos participantes, para poder completar el recorrido a su aire”, apunta Lafragua.

Quien quiera tomar parte en el recorrido inaugural de mañana, guiado por el colectivo de artistas participanyes, puede acercarse al Taller Museo Santxotena, que será el punto de partida, a las 11.00 horas. La visita concluirá en el Museo Etnográfico de Artziniega, tras pasar por supermercados, tiendas, bares, peluquerías, farmacias o el propio Santuario de La Encina, e incluso una finca en la bajada al campo de fútbol, que albergará la muestra escultórica de Txubas.