Por cuestiones profesionales, conoce bien el interior de los hornos que se utilizan en la industria metalúrgica. Es en ellos, aunque pueda parecer mentira, donde Enrique Ortiz de Zárate ha encontrado los microambientes que protagonizan su última producción para el Museo de Ciencias Naturales de Álava, la exposición Natura eta artifizioa, que se va a poder ver durante los próximos cuatro meses.
“Intuía que dentro de los hornos de una fundición tenía que haber alguna cosa interesante, solo que me costó dos años encontrar esa cosa”, apunta. Pero toda vez dado ese paso, el fotógrafo empezó a retratar un mundo que es real y que está ahí aunque pase desapercibido por completo para cualquiera. Menos para él, claro.
Cristales de cincita, dendritas de hierro o burbujas de cinc se hacen presentes a través de algunas de las 21 imágenes que componen este trabajo. “Cuando te acercas a un mundo así, la belleza que te encuentras te atrapad”, dice este “zuyano de cuna”, al tiempo que explica que en la fotografía tomada con el aumento más extremo se puede ver lo captado a 1.500 veces el tamaño real.
“Trabajo en el mantenimiento de hornos y toda vez que sabes dónde buscar, el camino es un poco más fácil”, más allá de que las instantáneas no sean producto de “un solo disparo”, sino de la necesidad de hacer “disparos secuenciados” que luego se editan gracias al ordenador para poder llegar al resultado final.