- Después de Free guy (2021), el canadiense Ryan Reynolds vuelve a formar equipo con el director Shawn Levy en El proyecto Adam, una película de aventuras y ciencia ficción que homenajea al Spielberg de los 80 y en la que el actor de Deadpool hace gala de su mejor arma, el humor.

Hijo de comerciantes, Reynolds es el menor de cuatro hermanos y asegura que descubrió el poder del humor desde muy joven. “Mis hermanos mayores son bastante imponentes, estaba claro que nunca iba a poder arreglármelas con mis músculos, necesitaba mi ingenio”. “Creo que el humor surgió como un mecanismo de autodefensa para salir adelante en situaciones complicadas”, asegura con motivo del estreno del filme, que llega este viernes a Netflix.

El proyecto Adam narra la historia de Adam Reed, un viajero del tiempo del año 2050 que se aventura en una misión de rescate para buscar a Laura (Zoe Saldana), la mujer que ama, perdida en el espacio-tiempo en circunstancias misteriosas. Pero su nave se estropea y aterriza en el año 2022, en su propia casa, donde se encuentra consigo mismo cuando tenía 12 años.

“Lo que me atrajo del proyecto fue ese aire que tenía de las películas de Spielberg de los 80, como ET, Indiana Jones, Regreso al futuro ... todas esas películas significaron mucho para mí de niño”, señala Reynolds. “Y creo que el motivo por el que funcionaron tan bien es que no distinguían entre público infantil o adulto. Recuerdo verlas con mi padre y ambos salíamos igualmente alucinados”.

De El proyecto Adam destaca que es una película “muy espectacular” que busca entretener al público pero con una emoción directa al corazón del espectador. “Habla de reconciliar los recuerdos que tienes de tus padres, de cómo te educaron y lo que hicieron bien o mal, y la verdad suele ser diferente de las historias que nos contamos a nosotros mismos”, señala.

Para Reynolds, que perdió a su padre hace unos años, el proyecto acabó siendo algo muy personal que le hizo reflexionar sobre sus propias carencias y en particular sobre algo que el pequeño Adam le dice al mayor en un momento de la trama. “Desde luego, es más fácil enfadarse que reconocer la propia tristeza, no tienes más que mirar a tu alrededor, en nuestra sociedad, en todas partes es evidente, la rabia es una droga pero detenerse en la tristeza y darle vía libre puede ser muy liberador”, afirma.

Al hilo de esa reflexión, el actor que rodó Buried (2010) junto a Rodrigo Cortés, habla de la guerra de Ucrania y del anuncio que hizo hace unos días a través de sus redes sociales, de donar hasta un millón de dólares a ACNUR, junto a su mujer, la también actriz Blake Lively. La idea es no solo apoyar directamente a los refugiados sino incentivar que otros lo hagan, por eso su propuesta fue doblar cada dólar que otros donen a ACNUR hasta alcanzar ese millón de euros. “No puedo imaginar lo que debe de ser mover a toda tu familia de casa en tan solo unas horas”, dice Reynolds, que ve reminiscencias del pasado en lo que está ocurriendo pero también señales esperanzadoras.

“La Unión Europea está operando conjuntamente de forma solidaria y eso es muy interesante teniendo en cuenta la cantidad de países diferentes que la componen... No soy un experto socio-político, mi especialidad es hacer películas, pero sí puedo decir que necesitamos esperanza y que incluso en las experiencias traumáticas puede haber esperanza”.