- Con los aforos recuperados al 100% y después de celebrar el pasado diciembre un nuevo cumpleaños, la sala Baratza pone en marcha esta semana una de sus patas fundamentales, aunque no la única, dentro de su actividad: la programación escénica para el público. De hecho, cuatro van a ser las propuestas, bien diferentes entre sí, que se van a poder compartir entre el viernes y el domingo en el espacio de la plazuela de Aldabe, estando ya las entradas disponibles para ello.

Por estas fechas, la sala solía acoger el festival Bertako, aunque ya en 2020 -antes de la llegada de la pandemia- se anunció que el certamen terminaba una etapa. En su lugar, y dejando a un lado los condicionantes que supone la situación sanitaria, en este 2022 se proponen tres jornadas en las que la danza y el teatro van a ser protagonistas. Tanto el viernes como el sábado, las actuaciones arrancarán a las 20.00 horas, mientras que el domingo será un poco antes, a las 19.00 horas.

En lo que se refiere al arranque de este maratón escénico, la primera jornada se vivirá con el flamenco dominando las tablas. Así sucederá de la mano de Lidia de Lorenzo. La bailaora ermuarra -que, por fortuna, ya ha dejado en ocasiones anteriores buenas muestras de su saber hacer en la capital alavesa- estará acompañada por Rafael Borja a la guitarra y Jonatan Jiménez y Penique de Málaga al cante.

Ya el sábado, acudirá a la sala Baratza La Dinámika o, lo que es lo mismo, Eguzki Zubia, quien compartirá con los presentes la obra de teatro Mi tercer acto, un relato personal “que juega entre ficción y realidad, entre el teatro, la danza y la performance, como señas de identidad de la intérprete” para hablar, en primera persona, de la madurez de una actriz.

En lo que respecta al domingo, el broche de este primer cartel del nuevo año tendrá un claro sabor local con la presencia de las compañías gasteiztarras Pez Limbo y El Mono Habitado. De manos de la primera se compartirá el espectáculo Oilo ama, 15 minutos de diversión y reflexión. Camino parecido será el que lleve la segunda con una nueva representación de Gizaunka, protagonizada por un señor que dice haberse convertido en perro.