- Parece que, por fin, la casa-taller de Irun en la que convivieron durante once años Jorge Oteiza y Néstor Basterretxea tendrá una nueva vida. El Ayuntamiento irundarra ha decidido reactivar el proyecto para su rehabilitación y transformarlo, de este modo, en un centro cultural para la difusión y la divulgación de los dos artistas, que contará además con un nuevo espacio destinado a creadores de vanguardia con carácter transfronterizo. El edificio, actualmente semiderruido, ya se intentó recuperar en 2008 dentro del proyecto de la apertura de la ciudad al Bidasoa, pero la crisis económica dio al traste la iniciativa.
Construida en la Avenida de Iparralde en 1956 en forma de cubo por los propios Oteiza y Basterretxea junto al arquitecto Luis Vallet, esta casa-taller fue el centro neurálgico de los dos artistas durante más de una década. Tras la marcha de ambos, el edificio acogió varios negocios administrativos y hosteleros, incluido un club de alterne, hasta finalmente quedar deshabitado, llevándolo a su estado actual de abandono.
El Ayuntamiento de Irun se propuso en 2008 rehabilitar la casa, pero finalmente el proyecto, que sí se materializó en las nuevas viviendas adyacentes a la casa-taller, no cuajó como consecuencia del estallido de la crisis económica. Ahora, según ha podido saber este periódico, el Consistorio irundarra prevé reactivar la operación dándole un nuevo cariz dentro del proyecto Mugarte. Por un lado, el edificio se convertirá en un centro para la difusión y la divulgación de los dos artistas guipuzcoanos y del arquitecto que lo realizó, y, por otro lado, contará con un espacio destinado a nuevos creadores de vanguardia que aborden diferentes proyectos relacionados con lo transfronterizo.
No obstante, estas propuestas puede que finalmente tengan que ser readaptadas, ya que se trata de una casa pequeña, con poca superficie y que durante años fue utilizada como vivienda, lo que podría hacer inviable el proyecto. Esto lo deberá aclarar un estudio de la estructura que ya ha sido encargado por el Ayuntamiento y que determinará su estado actual. Hasta que este no esté completo no se podrá llevar a cabo ningún tipo de actuación en su interior.
Mientras los técnicos lo redactan, se procederá a adecuar la zona exterior del edificio. Asimismo, la fachada será cubierta con una lona que ilustrará como era antes la vivienda gracias a una fotografía de archivo. Esta medida forma parte también de un intento del Consistorio de dar a conocer la historia de la casa, a la que le seguirán diferentes talleres con los que hacer una labor pedagógica sobre su valor.
El Ayuntamiento ultima en estos momentos en los detalles del proyecto, incluidas las fechas, y lo presentará al completo en las próximas semanas.
A pesar de su estado de abandono, en claro contraste con las torres de edificios nuevos construidas a su alrededor, la casa-taller de Oteiza y Basterretxea se ha mantenido en pie a lo largo de los años, esperando un proyecto de rehabilitación que nunca llegaba.
Esta situación ha hecho que muchos expertos y colectivos hayan reivindicado en más de una ocasión no solo su valor simbólico, también su valor arquitectónico al ser uno de los pocos ejemplos de arquitectura moderna de este estilo que permanecen intactos en todo el Estado.
Luis Vallet, arquitecto municipal de Irun en la IIª República y autor de varios edificios emblemáticos de la ciudad como el casino y el matadero, fue el encargado de dar forma a la vivienda siguiendo las directrices de Oteiza y Basterretxea. El artista de Orio y el arquitecto eran muy amigos y también colaboraron juntos en la capilla de Agiña.
En los últimos años, además, el valor del edificio se ha incrementado todavía más desde que la historiadora Emma López Bahut diera con un relieve del propio Oteiza en su interior.
La importancia de la construcción es todavía mayor si se tiene en cuenta que en la misma Avenida de Iparralde es posible dar con dos obras más del artista oriotarra: la pieza Estela, situada en el Puente de Santiago, y Arista vacía, colocada frente al Juzgado.
La rehabilitación de la casa-taller ha sido un proyecto del Ayuntamiento de Irun desde hace más de una década que también se intentó reactivar hace poco tiempo, pero la llegada de la pandemia lo volvió a truncar. A la tercera, parece, será la vencida.
1956. Los propios Oteiza y Basterretxea, junto al arquitecto Luis Vallet, idearon el edificio en 1956 en la Avenida de Iparralde. Con forma de cubo, el espacio se convirtió en su casa-taller durante once años.
Años 70. Con la marcha de los dos artistas, el edificio acogió varios negocios administrativos y hosteleros, incluido un club de alterne en sus últimos años. Finalmente, la vivienda quedó deshabitada acelerando su abandono.
2008. En 2008, el Ayuntamiento de Irun presentó el primer proyecto para su rehabilitación. El objetivo era crear un centro cultural “muy vivo” que actuará no solo como museo. El estallido de la crisis económica truncó la iniciativa.
2022. El Consistorio última los detalles de un segundo intento de rehabilitación que convertiría el otrora taller en un centro de divulgación de los dos artistas que lo ocuparon y en un nuevo espacio para creadores de vanguardia.