i vamos a tener algo después de La casa, inspirado en La casa, es algo que estamos pensando, pero que ahora mismo está en el aire y estamos dándole vueltas”, apuntó su creador, Álex Pina. “El final de La casa de papel es el final de La casa de papel, no se deja la puerta abierta, con esto culmina la historia, más allá de otro tipo de proyectos alternativos”, dijo por su parte el director de la ficción española más exitosa de la historia, Jesús Colmenar.

Poco se sabe de los cinco últimos capítulos, más allá de que serán un homenaje a todo lo vivido. Reina el máximo secretismo hasta el punto de que Netflix no ha avanzado ningún episodio a la prensa, ni siquiera bajo embargo, como suele ser habitual. Solo se sabe lo que han adelantado desde la plataforma, que arranca justo después de la muerte de Tokio (Úrsula Corberó), con el Ejército dentro del Banco de España y la banda en sus horas más oscuras, con el reto de sacar el oro y salir con vida. El grupo afrontará los mayores retos a los que se ha visto expuesto: sacar el oro con un plan lleno de incertidumbre y tratar de salir con vida y sin acabar presos.

“En la primera parte (que se estrenó el 3 de septiembre) reinaba la épica de la acción de la guerra y en esta segunda manejamos otro tipo de épica, la emocional. Es la composición de un puzle que finalmente se termina por cerrar. Hasta el último no terminas de cerrar todo el viaje y de entender lo que ha sido la serie en su conjunto”, explicó Colmenar. “Tiene mucha adrenalina y muchos giros, pero funciona muy bien en términos sentimentales. Está muy equilibrado este final. Cuando lleguen al último capítulo la gente va a seguir diciendo ¿pero cómo van a salir de esta? Llegamos hasta el último momento con muchas cosas que resolver”, indicó Pina.

El final de La casa de papel será un cierre con el que termina “un viaje muy largo, rocambolesco, lleno de aventura y de emocionalidad” que también han vivido profundamente los creadores, como señaló Esther Martínez Lobato. “Emocionalmente los escritores necesitábamos cerrar con mucho sentimiento este viaje. En esta última parte hay una narrativa más emocional porque nos estábamos despidiendo. Hay muchos guiños a la propia narrativa interna de la serie, a los orígenes”, comentó.

“El final me ha encantado. Me parece que era complicadísimo de solucionar este tinglado”, declaró Najwa Nimri (Alicia Sierra). “Sea como sea, el final a nadie le va a gustar porque a nadie le gusta que terminen las cosas. Pero lo importante es el viaje, lo que ha pasado es suficientemente fuerte”, agregó Jaime Lorente (Denver). No estará en esta última parte, tras su fallecimiento, Úrsula Corberó (Tokio). “Con el volumen dos estoy muy entusiasmada porque no me he leído los guiones, no sé qué pasa, he decidido no ver los últimos capítulos. Me apetece mucho ver esta última parte como una espectadora”, aseguró la actriz, ya casi recuperada de su brutal final. “Fue muy duro. Yo estoy supercontenta con el final de Tokio. No se si tengo que decir esto, pero en parte yo quería que sucediera así. Tokio era uno de los personajes que eran carne de cañón desde el principio. Hay algo muy poético y bello y onírico en eso que dice Tokio de vivir varias vidas”, contó.

Si algo ha sido La casa de papel, una de las producciones más vistas en la historia de la plataforma, según informó Netflix recientemente, es un antes y un después para la ficción española. “A nosotros que nos costaba llegar a vender la serie a otros países, tenías que ir uno a uno... ¡colocarnos en Netflix y estrenar en 191 países a la vez! Jugar en esas ligas y estar en su ranking ha colocado a la industria en un sitio que no nos atrevíamos a pensar”, manifestó Álex Pina. Y es que en España, agregó, “hemos sido siempre muy acomplejados. Hablábamos de la ficción y decíamos “es una españolada”. Y lo decíamos como “nunca podríamos llegar a algo”. Y ahora hemos llegado y mucha otra gente está llegando. De pronto hemos conseguido que lo local se vea y les ganamos en muchos casos. Este viaje es el viaje de una consolidación de la industria española y de una forma de contar historias”. Según datos de la productora Vancouver, del creador Álex Pina, para hacer la última temporada fueron contratadas 382 personas para trabajar en dos unidades simultáneas (dos rodajes paralelos en dos escenarios distintos) y 500 más como proveedores externos.

Arranca después de la muerte de ‘Tokio’, con el Ejército dentro del Banco de España y la banda con el reto de sacar el oro y salir con vida

‘La casa de papel’, una de las producciones más vistas en la historia de Netflix, es un antes y un después para la ficción española