- Tras su deslumbrante debut en el cine con Ha nacido una estrella (2018), Lady Gaga presenta ahora La casa Gucci una ambiciosa y muy esperada película de Ridley Scott que indaga en las bajos instintos y las sangrientas pasiones que golpearon a la marca de alta costura Gucci.
La casa Gucci, que aterriza hoy en los cines de todo el Estado, presenta uno de los repartos más lujosos de 2021. Acompañando a Lady Gaga aparecen nada menos que Adam Driver, Al Pacino, Jeremy Irons, Salma Hayek y Jared Leto.
Pero la estrella de la función es Lady Gaga dando vida a Patrizia Reggiani, la pieza clave del asesinato que sacudió a los Gucci en uno de los crímenes más mediáticos de la historia reciente de Italia.
Reggiani fue condenada por ordenar el asesinato de su exmarido Maurizio Gucci (Adam Driver en la película), quien fue tiroteado por un sicario en 1995 en Milán (Italia).
Maurizio Gucci era nieto de Guccio Gucci, fundador de Gucci, y dirigió la marca de 1983 a 1993.
Dado que aquí no hay spoiler posible -la historia sobre Reggiani y los Gucci causó conmoción y su juicio se siguió al detalle en la sociedad italiana-, Ridley Scott centra el interés de La casa Gucci no en el quién sino en el por qué; es decir, qué llevó a una rica y prestigiosa familia a hundirse en un laberinto de traiciones, mentiras y muerte. En una presentación virtual de la cinta en Estados Unidos, Lady Gaga admitió que “fue difícil interpretar a una asesina”.
“Una de las lecciones de esta película es que si el espectador presta demasiada atención al poder, al dinero y al privilegio va a estar mirando a lo que en realidad no es el verdadero desastre, que es que ella estaba a punto de ordenar el asesinato de su exmarido”, adelantó.
“Para ella ya no había nada de dinero en juego ahí y eso creo que la gente no lo sabe”, añadió al asegurar que no cree que Reggiani se casara con Gucci por dinero ni que lo quisiera muerto por esa razón.
La ganadora del Óscar a la mejor canción por Shallow consideró que Reggiani “se salió con la suya durante mucho tiempo” dentro de los Gucci hasta que “la ilusión de que importaba en esa familia se hizo añicos”.
“Como mujer estadounidense con ascendencia italiana, nunca me metería en un negocio con un montón de hombres italianos. Creo que fue una idea terrible por su parte, pero lo intentó de verdad y finalmente le salió el tiro por la culata”, indicó.
Al margen de disfrutar de la actriz de nuevo en la gran pantalla, La casa Gucci cuenta con el suculento aliciente de ver a Lady Gaga, un icono absoluto de la moda, en una cinta donde el vestuario, las pasarelas y los talleres de costura son una parte fundamental.
Lady Gaga bromeó con que durante esta película su camerino parecía “un laboratorio científico” con un montón de pelucas y también fotografías de los looks de Reggiani.
“Pero lo que era de verdad importante para mí era que su corazón brillara a través de eso, que la mujer real saliera de ese vestuario y que la vieras cuando vieras la película. La ropa no debía ser nunca una distracción”, indicó al remarcar que tenían muy clara la diferencia entre una imitación y una interpretación.
Por otro lado, Lady Gaga acabó encantada de su colaboración con Scott, que a punto de cumplir 84 años se encuentra en un estado de forma fabuloso.
Además de La casa Gucci, el cineasta detrás de Alien (1979), Blade Runner (1982) o Gladiador (2000) estrenó este año el drama de época El último duelo con Ben Affleck y Matt Damon al frente.
En este sentido, Lady Gaga definió a Scott como “un arquitecto” y “un artista legendario”, y argumentó que en todo momento sintió que su voz fue escuchada y respetada.
“Tengo que decir esto: ‘Gracias’. Como mujer en un set, Ridley, siempre me sentí empoderada para decir lo que pensaba. Siempre sentí que te importaba y que apoyabas la perspectiva de las mujeres”, afirmó.
Aunque quizá el mejor piropo de Lady Gaga para Scott fue decirle que supo “crear una muy buena familia” entre los miembros del equipo de La casa Gucci mientras hacían una película sobre “una familia hecha mierda”.