Apretando el simbólico botón de encendido de la segunda edición del Umbra Light Festival estuvieron ayer a las 19.00 horas en la Virgen Blanca representantes de OSI Araba, de la policía local, del comercio de la ciudad y de los bomberos de Álava. Fue la manera en la que el certamen quiso hacer un guiño a todo lo vivido durante estos meses a causa de la pandemia y un reconocimiento a estos profesionales. Y lo hizo en una plaza llena de gente, que contempló la apertura de la instalación Expedición Nautilus, de Coaner Codina.

Así arrancó la primera de las tres jornadas del evento. Cada día, el horario de las 19 instalaciones y el espectáculo itinerante que forman parte del programa se podrán ver desde las 19.00 hasta las 23.00 horas, aunque en el caso de las piezas ubicadas tanto en Artium como en la Catedral Santa María hay franjas de tiempo para ver las propuestas puesto que el aforo está limitado.

De hecho, desde el templo gótico hasta el Museo de Bellas Artes de Álava se ha planteado un largo recorrido que, entre otras cosas, busca que no se generen demasiadas aglomeraciones y que haya un tránsito fluido de gente. Con todo, también se busca que el evento atraiga turismo de ciudades cercanas, máxime teniendo en cuenta los efectos económicos que sigue teniendo la situación sanitaria.

Entre las instalaciones de artistas tanto estatales como internacionales, también se encuentra la pieza realizada en el paseo Fray Francisco por el diseñador de luz gasteiztarra David Alcorta, Susurro. Tanto su creación como el resto se podrán ver hoy y mañana con la esperanza de que la lluvia no haga demasiado acto de presencia. De una forma u otra, el festival ya está en marcha, llenando de luz una veintena de calles, plazas y espacios de la capital alavesa.