nGlasgow se cierra este próximo viernes el concilio sobre el cambio climático. Mandatarios y sumos sacerdotes del medio ambiente, al clamor de ¡arrepentíos!, otorgarán nuevos dogmas para redimirnos de las energías fósiles y el expolio de la naturaleza. Nuestro pequeño país -verde monte y azul mar- ha lanzado a través del púlpito de su radiotelevisión pública la campaña #EKIN_klima para llevarnos hacia un cambio total. Fruto de ello es el programa de ETB-2 titulado, precisamente, El cambio, que va por el tercer capítulo.
Ignorando a su amplia plantilla, ETB ha situado como conductora del espacio a una periodista de fuera, nada menos que Angels Barceló, líder de la radio española, la mejor pero ausente de la tele desde 2005. ¿Cómo entender la contratación de la comunicadora catalana teniendo a no pocos de nuestros profesionales a la espera de oportunidad? El fichaje es ofensivo para la gente de la casa. Y ha dolido. ¿Hay motivos para que la vasca Proyección y la madrileña Secuoya Studios, responsables de la serie documental, optasen por Barceló? Es arbitrario. ¿Aporta ella algún valor añadido que no sumen los reporteros locales? Ni más notoriedad ni superior carisma. ¿Acaso tiene Angels más crédito en ecología que otros en Euskadi? No es Greta Thunberg, ni la presidenta de Greenpeace.
Aunque la presencia de Angels Barceló, en términos de semiótica, es ruido, hay que destacar que los relatos de El cambio son solventes, densos y cumplen su función de pedagogía social para advertirnos de que el mar no da más de sí, que la costa no puede soportar mayor presión turística ni tanta construcción y que nuestra agricultura y sector vinícola deben transformarse. Es, efectivamente, "la Euskadi que nos viene". ¿Y por eso viene una foránea a construir nuestro propio discurso? En fin, los complejos suplantan la autoestima.