- Ser un lugar de apoyo para el “talento cultural local” y una puerta abierta a su visualización. Sobre esta base, en su sede de la calle Dato, la Fundación San Prudencio puso en marcha a finales de enero de 2020 el bautizado como Espacio Arte. Ya por entonces las noticias sobre el covid-19 se estaban haciendo cada día más presentes, pero todavía nadie podría imaginarse lo que iba a suceder pocas semanas después. Como pasó con en todos los ámbitos y con todos los sectores, la pandemia obligó a dejar en suspenso la iniciativa sin saber cuándo podría retomar su andadura y sin casi poder desarrollar sus propósitos.
Por fortuna, el fin de la mayor parte de las restricciones y la evolución de la situación sanitaria, hacen que ahora, el programa vuelva a abrir sus puertas. Ayer por la tarde, de hecho, se vivió una reinauguración especial, un acto para celebrar que la senda se recupera, aunque todavía queden pasos por dar para volver por completo a la situación anterior a la pandemia. Para esta cita, Espacio Arte incluyó una propuesta triple con: poesía interpretada con música en directo, baile y una exposición de fotografías y lienzos de jóvenes artistas.
En el primer caso, Juan Luz presentó su segundo libro de poseía titulado Bolso, pintalabios y la luna, que puso en escena con la ayuda de la rapsoda Marisol Barguilla y los músicos Juan Carlos Jimeno, Carlos Bengoa, Ricardo Morales, Pilar Sánchez y Cándida Hurtado. En el segundo, el baile corrió a cargo del grupo vitoriano Country Devils.
En cuanto a la exposición colectiva, que se va a poder visitar hasta el próximo 26 de noviembre, la muestra reúne a Sonia Prieto (con la producción fotográfica Pandemus art), Eneko Arellano Arroyo Eve (que en Rizoma I presenta óleos sobre lienzo y grafito y técnica mixta sobre papel satinado), y AdriLenzo Cassoma (que en Rojo y Negro comparte fotografías de paisajes naturales y urbanos, y de retratos).