A lo largo del último cuarto de siglo, el festival de cortometrajes de Gasteiz ya ha vivido varios cambios de dirección. Ahora toca uno más. Todos los equipos anteriores han dejado su huella. Todos los nuevos han aportado algo diferente. Desde 2009, el trabajo realizado por Kepa Sojo y Sonia Pacios ha marcado el desarrollo y crecimiento de Cortada, pero como ambos hicieron público la semana pasada, todo principio tiene un final. El certamen va a seguir su camino vinculado, como lo viene haciendo desde ese año, al Campus de Álava, pero a partir de ahora con Iker Arroniz y Garbiñe Ortega como responsables de la gestión y la programación respectivamente.
La vigésimo quinta edición del festival se llevará a cabo del 15 al 18 de diciembre, aunque para llegar a esa fecha primero hay que abrir la convocatoria para la presentación de trabajos, algo que ya está en marcha. Y hay que darse prisa porque el plazo de presentación de cerrará el 27 de este mes, pudiendo acceder esta vez cortos realizados en 2021 pero también en 2022. Las producciones seleccionadas optarán a los premios de mejor corto (2.000 euros), mejor creación vasca (1.000), mejor documental (500) y mejor animación (500). Más allá de la sección oficial, el galardonado en la categoría Gureak recibirá 300 euros. Eso sí, esta edición no calificará ya ni para los Goya ni para los Forqué.
Con el programa diseñado, el encuentro con el público se producirá del 15 al 18 de diciembre en Vital Fundazioa Kulturunea (Dendaraba), sede habitual del festival que este año podrá recuperar al 100% la presencialidad, siempre y cuando la situación sanitaria lo permita. De esta forma, se podrá recuperar el formato habitual de Cortada, aunque al final la edición de 2020, donde lo online tuvo un peso específico, dejó muchas mejores sensaciones y resultados de lo esperado en un principio. Eso sí, que este 2021 se lleve a cabo la vigésimo quinta edición no quiere decir que las posibles celebraciones extra que suelen acompañar estos números vayan a darse. La pandemia obliga a aplazar esos regalos para 2022, aunque sí se quieren realizar algunas actividades paralelas para acercarse a los procesos creativos.
Además, aunque con la mirada puesta más en próximas entregas, el nuevo equipo quiere expandir el festival por otros puntos de la ciudad, en esa idea tantas veces repetida pero tan pocas veces concretada de establecer puentes de ida y vuelta entre la zona del campus universitario y el resto de Gasteiz. Pero tiempo habrá de seguir concretando ideas y propósitos. Lo que tanto Arroniz como Ortega dejan claro es que la calidad y el atractivo de Cortada van a seguir siendo característicos y referenciales. “Es evidente que como hay otras personas habrá otras miradas; al final, cada programador o programadora tiene sus intereses y es inevitable que haya cambios en ese sentido”, apunta la comisaria de cine, que hace poco dejó la máxima responsabilidad del festival Punto de Vista, aunque el descanso que buscaba parece que va a durar poco tiempo.
“Tenemos muchas ideas de futuro pero ya irán llegando”, dice con una sonrisa Arroniz, otro nombre bien conocido del sector cultural alavés que se embarca ahora en su enésima aventura paralela, igual que David Gotxikoa, que diseñará la nueva imagen de la cita. Toca comenzar pero no desde cero. Y en ese sentido, desde el Campus de Álava se quiere mostrar el mayor de los agradecimientos a Sojo y Pacios por la labor desarrollada en estos años, según remarca Gorka Iturriaga, director del área de Cultura y Deporte de la UPV en el territorio.