- Inicialmente iba a dirigir el documental Koldo Serra, ¿tuvo tiempo suficiente para prepararlo?

-He pasado la mayor parte de mi vida rodando en zonas en conflicto. Está en mi ADN coger la cámara y salir corriendo a Gaza, Afganistán o Somalia. Así que cuando BMG me ofreció rodar la primera gira del mundo en la pandemia, y más con una banda como Belako, me lancé sin pensarlo dos veces. A diferencia de la ficción, el documentalista se dedica a poner un espejo frente a la realidad. Solo tiene que saber escuchar, tener el menor ego posible y saber que su labor es ser la de un mero amplificador de la voz de los protagonistas de la historia.

Su producción previa está más ligada a una temática social y de denuncia. ¿Le gusta la música, conocía a Belako?

-Soy un músico frustrado. Estudié jazz y blues, y he tenido muchas bandas. Pero siempre supe que no tengo buen oído, que lo mío es escribir. Así que toda posibilidad que me brindan de hacer algo relacionado con la música, para mí es un regalo. La música en mi vida es fundamental. Cada guerra tiene su banda sonora en mi cabeza con el grupo que estuviera escuchando en ese momento, de Arctic Monkeys a Queens of the Stone Age. Y claro, Belako me encanta, si no no lo hubiera rodado. Son brutales y valientes.

Enseñó la pandemia desde el punto de vista sanitario, desde las UCI. El documental de Belako ¿es la cara de la moneda ligada a la cultura?

-El año pasado hice tres docus sobre la pandemia. Soy así de hiperactivo. 2020 es el documental sobre las UCI, ambulancias y tanatorios, en Madrid. 57 días es un corto muy especial, grabado solo con teléfonos y calificado ya a los Óscar 2022. Luego está esta joya sobre Belako, no por mi mérito sino por el de sus protagonistas, que tuvieron el valor de tirar para adelante en un momento tan complicado. Creo que es un docu muy especial, porque la banda es muy especial, pero también es universal, pues habla del golpe que la pandemia ha dado a tantos millones de artistas en todo el mundo.

Conoce de cerca el mundo de los conflictos armados. ¿Ve la pandemia como una guerra del siglo XXI?

-Me gusta más compararla con una crisis humanitaria. En este caso, a cámara lenta. La guerra que estamos librando es contra nosotros mismos, al destruir el planeta de la manera en que lo hacemos. Cuantos menos bosques y selvas queden, más pandemias seguirán emergiendo.

La película, al seguir una gira, debería parecer una ‘road movie’. Y lo es, pero solo su primera parte.

-Empezó siendo una road movie, un proyecto de una semana de rodaje. Pero yo quería más de Belako y del momento complicado que estaba viviendo la música. Y así se transformó en el retrato de una banda durante ocho meses, lo que como cineasta me ofrece un arco narrativo más rico. Del bajón de no poder promocionar su último disco -que es brutal- a la gira de las caravanas y autocines, a los primeros conciertos con el público sentado y con mascarillas...

Firma una especie de ‘collage’ que mezcla entrevistas, directos, aspectos de la vida personal y musical de Belako, grabaciones profesionales y teléfonos móviles...

-Es algo que estoy tratando de incorporar a todos mis documentales. Ahora nos comunicamos a través de redes sociales, WhatsApp... es nuestro día a día. Y es algo que tiene que entrar en el lenguaje cinematográfico, sobre todo si queremos apelar al público más joven, que es nativo digital.

¿Por qué el documental por delante de la ficción? ¿Es más real? El tópico dice que la realidad supera a la ficción.

-Rodé mi primer documental en 1995, y si lo sigo haciendo es por una cuestión muy egoísta: me gusta la gente y me gusta aprender de ella. Este oficio me ha permitido desde conocer a Nelson Mandela hasta vivir en barrios de chabolas. Y más de 80 países. He vivido mil vidas en una, me siento muy afortunado.

El apoyo de las plataformas está llevando a un gran momento del documental. En el futuro cercano ¿lo próximo es involucrarse en una serie?

-A Netflix le debemos que tuviera la valentía de poner al documental al mismo nivel que la ficción en 2015. No en la última pestaña del menú, como otras plataformas. Y la jugada le salió bien. Gracias a ello, el documental está viviendo su época dorada. Con respecto al formato, lo importante son las personas y tener una gran historia, como la que tiene Pandemic Tour 2020 Belako.