- Con un 30 por ciento menos de acreditados y un incremento notable de películas en la sección oficial, la 74ª edición del Festival de Cannes despega hoy con el propósito de “hacer un buen festival y defender el cine”.
Así lo afirmó el delegado general del Festival, Thierry Frémaux, “hemos recibido muchos mensajes de felicitación por celebrar el festival pero no es un mérito ni un demérito”. La organización del Festival apostó por julio porque el comienzo del verano pasado la situación en Francia mejoró. Y parece que no se han equivocado. “Cannes se celebra por los autores, los cineastas, la prensa, por la ciudad de Cannes... Esperamos que se confirme cada día que hemos elegido bien”, señaló esperanzado Frémaux.
Una edición que llega después de que el Festival de 2019 fuera uno de los años más extraordinarios en términos de creación, con la presencia de cineastas como Pedro Almodóvar, Quentin Tarantino o Bong Joon Ho.
Dio paso a un 2020 que fue el año más catastrófico de la historia para el cine, con las salas cerradas en todo el mundo, lo que permitió un “triunfo absoluto y merecido” de las plataformas “cuando el cine no podía defenderse”, matizó el director.
En las mismas líneas, Frémaux aseguró que las plataformas y el cine pueden convivir, “el cine está en todas partes, incluidas las plataformas, lo que es una prueba de su buen gusto”. Sin embargo, lo que diferencia a un festival como Cannes, es su misión de descubrir nuevos talentos. Esto es, en las secciones paralelas más que en la competición, donde la mayoría son cineastas consagrados.
Y para juzgar su trabajo, este año hay un jurado que es un ejemplo de diversidad, con una mayoría de mujeres y un presidente “que, por primera vez, es un artista negro”, afirmó Frémaux.
Otro de los miembros del jurado es el director brasileño Kleber Mendonça Filho, a quien el festival ha querido rendir un homenaje por haber participado dos veces en la competición de Cannes, pero también como representante del cine brasileño y de “un gran país” que ha sido muy tocado por el Covid-19. Frémaux recordó cómo Mendonça Filho denunció el golpe de estado contra Dilma Roussef desde las escaleras del Palacio de Festivales de Cannes, así que en cierta manera su presencia es además un homenaje al compromiso de los artistas.
Un jurado que tendrá una gran tarea ya que en esta edición se acumulan casi dos años de selección porque hubo cineastas que decidieron esperar para estrenar este año en Cannes sus películas, incluidas en el programa de la fallida edición de 2020.
“A los colegas de San Sebastián, Venecia o Toronto, les pasa lo mismo”, apuntó Frémaux. Como resultado, ha habido un aumento de películas en la sección oficial, que ha pasado de 58 en 2019 a 70 en 2021.
En un año normal hay entre 35.000 y 40.000 acreditados y este año, con un mercado de cine meramente testimonial, hay 28.000 espectadores. Aun así, “en enero o febrero pensamos que el festival no se celebraría y aquí estamos”, insistía Frémaux.
Un festival en el que las medidas de seguridad por el Covid-19 se aplican a todo el mundo. Los equipos artísticos tienen que cumplir las mismas normas que cualquier acreditado y algunos han viajado con sus propios médicos para hacerse los tests correspondientes.
Para ello, llegarán a las galas con mascarillas y se las quitarán únicamente para posar ante las cámaras en la alfombra roja.
Además, en lo alto de las escaleras serán recibidos por el presidente del festival, Pierre Lescure, y Frémaux, sin besos ni abrazos y probablemente también con mascarillas, para dar ejemplo, aunque en Francia no son obligatorias en el exterior