- La danza celebró ayer, jueves 29 de abril, su Día Internacional en un momento de “fragilidad” en el que las representaciones de esta disciplina no superan el 4% de las funciones de artes escénicas en España.
Así, las representaciones de danza (2.160) apenas supusieron el 4% de las funciones de artes escénicas (50.866) realizadas en España en 2019, según los últimos datos previos a la pandemia de la covid-19 recogidos por el Anuario de la SGAE.
Asimismo, en la actualidad, por ejemplo solo el 5% de las obras escénicas que se registran en la SGAE son coreográficas. “Estas cifras revelan la fragilidad de un sector que merece la atención y el impulso de nuestras instituciones públicas”, reclamó ayer la entidad de derechos de autor.
Por ello, la SGAE pide en estos momentos delicados una mayor programación de esta disciplina en los espacios públicos y la creación de recintos específicos para su promoción, formación y exhibición.
“La danza ya era la niña pobre de las artes escénicas y la pandemia la está rematando. Es responsabilidad de las instituciones el reequilibrio de la programación, sobre todo ahora que los mercados internacionales están cerrados y no se sabe hasta cuándo”, alertó la coreógrafa y bailaora María Pagés, miembro de la junta directiva de la SGAE, quien considera “crítica” la actual situación.
“Muchos autores, si no están ya fuera de juego, están en peligro de extinción como proyectos creativos. Nuestra supervivencia está ligada al trabajo. Si no trabajamos, no existimos; ni nosotros, ni las personas que dependen de nosotros. Nuestra salvación depende de que los teatros, productores, ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y gobierno central tomen conciencia del grado de debacle al que estamos enfrentados”, añadió.
La SGAE reconoció el trabajo de los profesionales de la danza -en el caso de la entidad, 1.800 socios-. “La coreografía es una actividad artística de naturaleza autoral; por ello, el sector demanda para esta disciplina la misma relevancia que ya tienen expresiones como el teatro y la música”, concluye.
A pesar del difícil momento, el sector de la danza celebró su día internacional bailando y transmitiendo al mundo la mejor energía posible. Coreógrafos, bailarines y compañías de todo el Estado quisieron hacer visible una disciplina que define un estilo de vida, donde el cuerpo, el elemento principal, vibra con cada nota que siente para transmitir emociones.