El covid ha alterado muchas cosas y también el calendario editorial. Por eso, las novedades se acumulan para Kepa Murua, y en esta primera parte de 2021 vuelve a reclamar la atención de los lectores, aunque en este caso no lo hace desde la poesía. Es la novela la que pide paso gracias a Elegancia (Menoscuarto Ediciones)Elegancia, una obra en la que el diseñador de moda guipuzcoano Cristóbal Balenciaga tiene un protagonismo esencial. “Durante muchos años quise hacer un libro sobre él pero no sabía cómo”, sonríe el escritor mientras sostiene entre las manos el resultado de ese anhelo.

“Podría ser una biografía novelada pero bastante libre. Es la manera en la que entiendo a Cristóbal Balenciaga en el arte, a esa personalidad con rasgos muy vascos: austero, minimal, concentrado, sin ningún tipo de vanidad, haciendo las cosas bien. Me interesa el tipo de atrevimiento que tienen las personas tímidas para salir de su pueblo y crear un gran proyecto como hizo él”, una esencia que recorre el centenar de páginas de una obra “aparentemente ligera y con una carga de profundidad maravillosa”.

Por supuesto, el título no pretende ser una pestaña más en los listados de libros de historia de la moda referidos al creador de Getaria, ni un análisis profesional de su hacer, más allá de que el oficio y sus pilares estén presentes. Hay, de hecho, un importante trabajo de información y documentación detrás de la novela. Pero, ante todo, “Elegancia es un homenaje poético a una manera de ser y de entender el arte”, describe el escritor, al tiempo que reseña que “siempre supe que el texto tenía que ser elegante y tierno para configurar una novela dulce, cercana. Con poco, mucho, que era lo que hacía Balenciaga”. Por ello se usa “un lenguaje muy sencillo, que es algo que cuesta mucho”.

Así se construye una ficción sobre un hecho histórico, una mirada a la esencia de Balenciaga - “si lo leyese hoy seguramente se sonreiría”- que también habla “un poco de los sentimientos, del nexo con su madre y, especialmente, de la relación con el paisaje, con las ciudades donde fundó sus talleres”. Al igual que al escritor se le puede conocer por sus libros, al modisto se le puede dibujar por sus trajes. “Él decía que la moda es efímera mientras que el arte permanece. No se veía como un hombre de moda, sino como un costurero, un modisto, incluso como un artesano porque era capaz de comprarse un vestido en París, llevarlo a su casa, descoserlo para saber cómo se hacía todo por dentro y luego volverlo a componer y dejarlo tal cual. Decían de él que era el único modisto que era capaz de hacer un vestido de principio a fin”. Es su humildad, su timidez, “su manera de proyectarse en el arte” lo que reclama la atención de Murua, que no tiene dudas al decir que “me parece uno de los artistas más importantes del siglo XX”.

Aunque es en Vitoria donde el escritor vive desde hace muchos años, el creador zarauztarra recuerda que “en nuestro entorno de la costa vasca siempre se hablaba de Balenciaga”, más allá de que “el verdadero boom se vivió cuando se construyó el museo”, al que él ha acudido en varias ocasiones. Además, “durante un tiempo tuve una casita alquilada con unos amigos al lado de la iglesia de Getaria, encima de donde nació él, y cada vez que iba a la playa pasaba por una placa en la que ponía: aquí nació… Todos esos hilos que aparentemente son invisibles me han hecho llegar a esta narrativa”, a una novela en la que además del modisto toman la palabra su madre, los más cercanos y también algunos de quienes trabajaron para el modisto. “Hay mucho trabajo de documentación, de leer, de ver vídeos... Esto no sale porque sí”.

De esta manera lo describe un Murua que en este libro comparte con los lectores “una prosa muy contenida. De hecho, él era muy contenido. Queda fuera lo que no es necesario, lo que sobra, que es algo que él aplicaba a la moda. Me permito hacer una novela muy narrativa, que se lee de manera sencilla pero que tiene unas pequeñas píldoras filosóficas que hacen ver que estamos ante un genio de la moda y un genio, sobre todo, de la manera de comportarse”, de ser, de vivir, de entender el camino hasta el final.

“Ahora que se habla de emprendizaje y emprendimiento, aquí estamos ante un hombre que saliendo de Getaria primero abrió una tienda en San Sebastián, luego en Madrid y Barcelona, y, después, en París. Solo se retiró cuando comenzó a tomar peso la ropa seriada, aunque podría haber seguido. Alguno me ha dicho que en este libro hablo de él pero que parece que lo hago también de mí. Puede ser porque la esencia de ese hombre es un ejemplo para los que hemos tenido la necesidad de explicarnos solo a través de nuestra obra”.

El libro “es un homenaje poético a una manera de ser y de entender el arte”, a “uno de los artistas más importantes del siglo XX”

El próximo día 8, el autor acudirá a Elkar para compartir con el público una firma de ejemplares adaptada a la actual situación