- El Gran Teatre del Liceu trata la relación entre “la fascinación y el poder” en la ópera contemporánea Lessons in Love and Violence, una pieza compuesta por George Benjamin, con un libreto de Martin Crimp y una puesta en escena a cargo de Katie Mitchell que dirigirá Josep Pons.

En la presentación de la ópera, el compositor George Benjamin explicó que la obra reivindica que los celos, el amor, el poder y la violencia “son elementos constantes en la vida de las personas, en la antigüedad y en la actualidad”.

Lessons in Love and Violence sitúa en la actualidad una “fascinante y terrible” trama inspirada en un episodio real de la Inglaterra del siglo XIV, cuando el rey Eduardo II se obsesionó con el plebeyo Piers Gaveston, algo que desestabilizó la solidez del reino y la aristocracia.

Para Benjamin, supone una “paradoja” que un hecho real e histórico como este haga florecer sentimientos inmediatos y profundos, y defendió que ahondar en temas actuales interfiere en la capacidad de la música, la ópera y la dramaturgia de evocar sensaciones como la nostalgia. Explicó que el proceso creativo de la obra duró cerca de cinco años, y su resultado es una puesta en escena contemporánea que utiliza recursos novedosos en la ópera como la cámara lenta, por lo que sugerió al público acudir al Liceu con “la curiosidad, la cabeza y el corazón bien abierto”.

Por su parte, el director de la pieza, Josep Pons, explicó que el texto es oscuro y dramático, porque así lo pide la trama, y tiene un lenguaje vocal “excepcional, muy preciso y exigente, que vocalmente requiere entonación, precisión rítmica y dimensión dramática”.

Así, la obra cuenta con las voces del barítono Stéphane Degout, que encarnará el rey; el contratenor Samuel Boden, que será el hijo; el tenor Peter Hoare, que será Mortimer; además de la soprano Georgia Jarman, el bajo Daniel Okulitch, las cantantes Isabella Gaudí, Gemma Coma-Alabert y Toni Marsol y la actriz Ocean Barrington-Cook.

Sobre la partitura, Pons destacó que ofrece un “mundo armónico, de resonancias y de enlaces orquestales, además de muchas sorpresas tímbricas y rítmicas que ofrecen un cóctel muy personal y de extrema complejidad”.

Según él, es una ópera de enorme intensidad que está “extraordinariamente bien escrita, con un balance entre orquesta y voz sensacional, y con un vínculo entre música y trama” propias de las propuestas estéticas de grandes nombres como Wolfgang Amadeus Mozart, Giuseppe Verdi, Richard Wagner o Claude Debussy.

El director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar, explicó que la pieza es intimista, propia de teatro de cámara y de inspiración medieval, pero que aborda una “cadena de fatales acontecimientos sobre el poder, vida y las lecciones que nos dan” a través de una estética innovadora. Además, puso en valor que ofrecer “un título desconocido, aunque el compositor no lo sea, y de música nueva” que transcurre en 90 minutos sin pausas, es un acto de heroicidad” teniendo en cuenta el impacto de la pandemia en el mundo cultural.

Por su parte, la directora de escena, Katie Mitchell, destacó que el discurso de la obra presenta una enorme carga emocional a través de un texto “muy moderno” que consigue plasmar el paisaje medieval donde transcurre los hechos además de la profundidad de los personajes.

La obra, que se estrenará en el Liceu este viernes y estará en el cartel hasta el 11 de marzo, es una coproducción del Liceu con la Royal Opera House, el Teatro Real de Madrid, la Dutch National Opera de Amsterdam, la Staatsoper de Hamburgo, la Opera de Lyon y la Lyric Opera of Chicago, y que llega a Barcelona tras su estreno en Londres en 2018.

“La obra reivindica los celos, el amor, el poder y la violencia como elementos de la vida”

“Supone una paradoja que un hecho real como este haga florecer sentimientos inmediatos”

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