- No es una ciudad concreta pero podría ser cualquiera. Es 1986. Primavera. Él regresa a su sitio de toda la vida, donde está su familia, su novia, sus amigos de siempre, a un barrio marginal del extrarradio donde todo es posible, incluso que a veces pase alguna cosa buena. Vuelve después de pasar cinco años en la cárcel tras cometer "un error salvaje". Solo tiene 23 años, un pasado demasiado tumultuoso, un presente en el que no encuentra su sitio y un futuro que depende de las decisiones del ahora. Hasta aquí. El resto ya está en manos de quienes se asomen a las páginas -físicas o digitales- de Llueve en las farolas (Caligrama), la primera novela del escritor vitoriano Ernesto Olano.
"La adolescencia y la juventud son momentos en los que muchas veces tenemos que intentar reconocernos a nosotros mismos y nos cuesta", apunta el autor, que ha querido con esta obra abordar "si realmente nos conviene vivir bajo las corazas o caretas tras las cuales nos escondemos muchas veces, máscaras que en ocasiones utilizamos para superar momentos críticos de nuestra vida". Así lo aborda en un proyecto literario que, a su juicio, tiene dos posibles lecturas. Quienes están en esas primeras etapas vitales, como el protagonista, "verán una historia un poco más romántica y se podrán descubrir a sí mismos viviendo cosas parecidas". Quienes ya han dejado atrás esa época, "tal vez comprenderán mejor lo que vivieron en su día, ese conflicto que sentimos todos entre los sueños que tenemos y lo que dicta la realidad" con respecto al propio camino, a las relaciones con la familia y las amistades, con...
El protagonista, Jonathan, está justo en ese punto que uno nunca sabe si es de llegada o de partida. "Quiere recuperar esa vida que controlaba antes, volver con su novia de siempre, pero no sabe si ha cambiado. El barrio le sigue viendo como el chaval que era. También su entorno más cercano", aunque aparece una persona "muy entrañable", que quiere ayudarle a encontrarse a sí mismo, describe Olano, quien subraya la lectura actual que tiene la novela más allá de que esté ambientada en la década de los 80 del siglo pasado: "estamos en un momento en el que nos estamos reinventando; lo que teníamos como fijo se está tambaleando y el libro habla mucho de eso, del cambio. Muchos de los problemas que había en el 86 siguen presentes hoy en día, sobre todo los internos, los nuestros".
Ahora, de todas formas, es el momento de los lectores, de que Llueve en las farolas siga su propio camino. "De momento me están llegando cosas preciosas que me están enriqueciendo mucho", comenta el creador, que también está estableciendo el contacto con el público a través de ernestoolano.com. Son tiempos de covid, es decir, de que no se hagan presentaciones de libros, y todos los instrumentos que se puedan usar para llegar a más gente se hacen imprescindibles. "He escrito mucho toda la vida. Relatos, poemas... pero ahora me estoy descubriendo a mí mismo como escritor" gracias a la experiencia de publicar, un paso que, en principio, no tenía previsto dar.
En un primer momento, la novela se fue construyendo para ser leída a su madre en un momento muy delicado de salud. "Usé el libro como un vehículo para acercarme más a ella, para explicarme cosas que tenía por dentro y así entendernos mejor porque veía que se me estaba marchando". Tras la última despedida "me encontré con una historia que había compartido con mi familia, con los más cercanos y todos me trasladaban que era algo que merecía llegar a más gente". Dicho y hecho.
Es más, la senda recorrida con este debut ha abierto la puerta a lo siguiente. "Una vez que te metes en esto, ves que es algo que quieres compartir con todo el mundo que puedas. Así que estoy con la mente en otro proyecto por el que siento una pasión total", avanza. Todo llegará. Además, las otras obligaciones y ocupaciones de la vida también reclaman atención. Por ahora, la atención se centra en un Llueve en las farolas ya disponible.
"La adolescencia y la juventud son momentos en los que tenemos que intentar reconocernos a nosotros mismos y nos cuesta"
"Estamos en un momento en el que lo que teníamos como fijo se está tambaleando y el libro habla mucho de eso, del cambio"