- Ningún enemigo ha sido tan temible para Wonder Woman como la pandemia. Tras retrasar su estreno tres veces, Gal Gadot presenta hoy por fin Wonder Woman 1984 en los cines del Estado y admite a Efe que todavía no es consciente del icono feminista en que se ha convertido este personaje para millones de personas. De nuevo con Patty Jenkins a los mandos, llega acompañada de polémica y con Hollywood patas arriba por la decisión de Warner Bros. de apostar en 2021 por estrenos simultáneos en cines y HBO Max. Esta película cambia la I Guerra Mundial de Wonder Woman (2017) por unos años 80 de gloria eterna al consumismo y reverencia sin condiciones al individualismo, donde Diana Prince (Gadot) lleva una vida relativamente discreta. Su panorama cambia cuando se cruzan en su camino un villano muy “reaganiano” (Pedro Pascal), una amiga atravesada por la envidia (Kristen Wiig) y algunos recuerdos dolorosos.
Ha sido un año muy loco para ‘Wonder Woman 1984’...
—¡Uf! Sí... (sonríe).
¿Cómo lidió con tantos cambios, retrasos y rumores?
—En la vida hay prioridades. Creo que en el momento en el que la pandemia golpeó al mundo, era la cosa más importante con la que lidiar. Tuvimos que retrasar y retrasar la película, pero lo más importante era mantener a la gente sana y salva. Es lo que hay.
En ‘Wonder Woman 1984’ se ve a una Diana Prince más humana y menos perfecta.
—La primera película era el nacimiento de la heroína, Diana Prince descubriendo sus poderes y su fuerza y convirtiéndose en Wonder Woman. Estaba en una perspectiva completamente diferente a la de la Humanidad. En esta cinta está más informada, tiene experiencia y entiende las complejidades de la vida. Ha estado décadas y décadas sin ningún amigo alrededor. Ahora estamos en los años 80 y sigue sin ninguno porque no quiere que nadie sepa que es inmortal, que no envejece, y no quiere experimentar la pérdida de nuevo.
¿Se ha ‘humanizado’?
—Tiene una misión específica que es el progreso de la Humanidad. Pero ahora además comparte la perspectiva de los seres humanos y sufre con las mismas cosas con las que sufrimos todos. Así que, como actriz, lo que me gustó es que tuve mucho margen para interpretar a un buen personaje que, sin embargo, está muy muy lejos de ser perfecta.
¿Qué hace que Pedro Pascal y Kristen Wiig sean ideales como enemigos de Wonder Woman?
—Son perfectos por muchas razones. La primera es que claramente son intérpretes supertalentosos. La segunda es que creo que sus personajes no son simplemente malos y malvados, que no es como blanco y negro: sus personajes son mucho más complejos. Todos podemos identificarnos con ellos: hay una ambivalencia. Y eso hace que tengas también algo de empatía por un villano, algo que no estás acostumbrado a sentir por un personaje malvado en las cintas de superhéroes. El modo en que han moldeado sus personajes e historias es super rico e inteligente.
Diana Prince ya era un personaje muy famoso antes de la primera película, pero después del éxito de esa cinta se convirtió en un icono para las jóvenes y para el feminismo. ¿Se siente abrumada en alguna ocasión?
—Uf... No sé. ¿Quizá algunas veces? (sonríe). Creo que tengo como un despiste para darme cuenta del alcance de lo que hago, cuánta gente puede reconocerme... No pienso nada en eso. Creo que, con la perspectiva del tiempo, igual dentro de treinta años, echaré la vista atrás y diré: “Oh, eso es lo que logré”. Pero ahora mi cerebro no tiene la capacidad de entenderlo (sonríe).
Ha hecho dos películas con Patty Jenkins y tienen ideas para otros proyectos (como una nueva versión de ‘Cleopatra’). ¿Por qué Jenkins es tan especial para usted y se ha convertido en una compañera tan cercana?
—Lo primero es que tenemos una química genial y nos adoramos totalmente la una a la otra, nos queremos. Creo que las dos tenemos la misma intención en todos los frentes del trabajo: sobre los personajes, sobre cómo queremos que se sienta el público... Tenemos mucho en común. Se ha convertido en una de mis mejores amigas y es una de las pocas personas que puede entender y comprender por lo que paso. Con la primera cinta teníamos las de perder y nadie sabía realmente si podríamos conseguirlo, pero estábamos juntas creyendo en esa película y lo logramos. Ahora hemos apoyado al estudio y defendido el lanzamiento a la vez en salas y plataformas. No fue una decisión fácil”.
“Con la perspectiva del tiempo, igual dentro de 30 años, echaré la vista atrás y diré: “Oh, eso es lo que logré”