- Cinco meses después de su muerte en Los Ángeles (Estados Unidos), llegó ayer a las librerías La ciudad de vapor, de Carlos Ruiz Zafón, que reúne los 11 cuentos del autor, cuatro inéditos, concebidos como “el mapa secreto de su tetralogía” de El Cementerio de los Libros Olvidados.
El editor y amigo Emili Rosales, explica que La ciudad de vapor es como “un paseo por los grandes personajes, escenarios y motivos de las novelas de El cementerio de los libros olvidados, de la biblioteca inexpugnable y secreta que preside todo el cuarteto de novelas”.
En esos relatos aparecen un arquitecto que huye de Constantinopla con los planos de una biblioteca inexpugnable; un extraño caballero que tienta a Cervantes para que escriba un libro; o un Gaudí navegando hacia Nueva York.
Además de Gaudí y Cervantes, los lectores de Ruiz Zafón se reencontrarán con viejos conocidos como David Martín, un periodista y autor de folletines de los años 20; o antepasados de Sempere que manejan libros mágicos. “Los lectores -precisa Rosales- descubrirán aquí cómo se originó esa biblioteca históricamente, van a poder descubrir en qué momento se construyó y algunos avatares que han sucedido a lo largo del tiempo”.
Recuerda el editor de Planeta que “en el momento en que Carlos Ruiz Zafón completó la tetralogía, en 2016, ya acariciaba la idea de reunir en un libro los relatos que ya había publicado de forma dispersa y algunos otros que conservaba inéditos”.
La idea del malogrado escritor era que esta edición fuera “un regalo, un reconocimiento a aquellos lectores que le habían seguido a lo largo de los quince años de publicación del cuarteto de novelas de El Cementerio de los Libros Olvidados”.
En las páginas de La ciudad de vapor, una suerte de “mapa secreto de la tetralogía”, se suceden “esos escenarios brumosos, barceloneses, que basculan entre el siglo XX y alguno también histórico, y por otra parte, los grandes temas que presiden sus libros, la pervivencia de la inocencia, de ese personaje Daniel Sempere que recordamos de La sombra del viento, añade Rosales.
También emerge esa biblioteca escondida, el Cementerio de los Libros Olvidados, que, en opinión del editor, se ha convertido para lectores de todo el mundo en “un símbolo de la pervivencia de la memoria, de los libros, incluso en un refugio para los personajes que de alguna forma están siendo perseguidos o asediados”.
Los escenarios resultarán también familiares a los lectores del escritor, el Barrio Gótico barcelonés, el Born, la avenida del Tibidabo o el castillo de Montjuïc, cubiertos por las brumas, el vapor o la lluvia, que “en sus libros es más abundante que en la ciudad real”.
El título del libro procede, según Rosales, de ese cuento en el que Gaudí se desplaza a Nueva York para construir un rascacielos, un proyecto que nunca se llevó a cabo, y mientras contempla la Gran Manzana expresa: “Las ciudades deberían estar hechas de luz y de vapor”. Y agrega: “Esta ciudad de vapor es una ciudad imaginaria, en cierta medida más sugerente y potente que la real, que cuando cierras el libro se desvanece”.
La ciudad de vapor fue concebida por Zafón como un regalo para sus lectores y ahora, después de su muerte en junio, “se convertirá en un homenaje de sus lectores al autor”.