Pese a la baja de última hora de Mama Dembele y en una matinal donde tuvo un gran acierto exterior (12 triples) gracias al buen hacer de principalmente Sami Hill (18 puntos) y Noa Morro (15), el Kutxabank Araski no se amilanó ante uno de los gallitos de la categoría y estuvo a punto de dar la sorpresa para terminar cayendo por 76-70.

Después de una primera parte en la que estuvo a merced de las zaragozanas, tras el descanso las de Madelen Urieta pusieron contra las cuerdas a su rival, que tuvo que emplearse a fondo en la segunda parte para acabar llevándose el triunfo.

Y es que, tras ir perdiendo de 17 puntos, las alavesas llegaron incluso a ponerse por delante en el marcador mediado el último cuarto (63-65). Pero en los últimos minutos Casademont Zaragoza recuperó el tono y dejó sin premio al Araski, cuyas pérdidas de balón terminaron provocando la quinta derrota consecutiva.

El partido comenzó con claro dominio aragonés y pese al triple inicial de Mollenhauer era Casademont Zaragoza el que conseguía pronto imponer su ritmo con Fingall dominando en ambos lados de la pista. Aguantaba Araski a base de coraje y gracias al acierto de Morro, y al minuto 5 se llegaba con 15-9 en el electrónico.

Las de Made lo peleaban todo, pero no conseguían frenar el gran juego ofensivo de las locales que con un triple y tres canastas consecutivas lanzaba a las suyas hasta el 25-15. No se rendían las visitantes, que conseguían que la cosa no fuese a mayores y cerraban el cuarto con 26-19 en el electrónico.

Sangría frenada

Ya en el segundo cuarto, sin embargo, el dominio de las locales fue en aumento. Casademont Zaragoza seguía lanzado en ataque y, además, metió una marcha más en defensa para desquiciar por completo a un Kutxabank Araski que veía cómo la renta local alcanzaba los 14 puntos a 6´18 para el descanso (36-22).

Morro y Hill acudieron al rescate para mantener con vida a las alavesas gracias a su acierto exterior y, aunque no consiguieron reducir distancias, las de Made pudieron al menos frenar la sangría del rival para irse al descanso con cierta esperanza (47-32).

Tras el descanso, el Araski salió a por todas, decidido a plantar batalla, y lo hizo a base de bien, firmando de inicio dos triples consecutivos que encendían las alarmas en las filas locales.

No solo eso, sino que Casademont Zaragoza estaba ahora completamente desbordado en defensa y en ataque hacía aguas por doquier, perdiendo balones y fallando lanzamientos, lo que daba vida a un Araski que peleaba con uñas y dientes. Las alavesas crecían por momentos y castigaban cada error de su rival para ir recortando distancias en el luminoso hasta colocarse a solo dos puntos al final del cuarto (60-58).

Apagón final

Parecía que el Araski podía remontar el partido, pero en el inicio del último cuarto a las alavesas se les apagó la luz. El equipo siguió trabajando bien en defensa y el rival maño continuó sin encontrar el camino al aro, pero tampoco lo hicieron las vitorianas, que perdieron fuelle en ataque.

Toussain controla el balón en un ataque del Araski

Con todo, los primeros cinco minutos del cuarto se saldaron con un paupérrimo parcial de 3-5 que hablaba por sí solo. Aún así, dos tiros libres de Hill pusieron a las visitantes por delante (63-65), aunque el Araski no acabó de arrancar y a Made no le quedó otra que parar el crono tras un triple local.

El ataque alavés continuó completamente atascado, mientras Pueyo sacó del atolladero a las locales y puso un 73-67 que, tal y como estaban las cosas en la cancha, resultó decisivo. El Araski no pudo culminar una gran remontada y hacerse con el triunfo en Zaragoza, pero el consuelo es que sigue fuera de los puestos de descenso tras la abultada derrota del Cadí La Seu ante el Girona.

Estoy muy orgullosa del trabajo del grupo. Hay veces en las que las derrotas son victorias y hoy es uno de esos días. El equipo se ha vaciado en la pista y ha creído siendo valiente”, dijo Made Urieta al acabar el choque.