- Si vivir de la música era hace seis meses misión casi imposible, la irrupción de la pandemia de la covid-19 parece haber convertido esa opción en una quimera, como bien sabe el gallego Juan Rivas, que es músico y promotor, pero también gestor cultural y desde hace un lustro presidente del Consejo Territorial de Galicia de la SGAE, institución con la que se ha mostrado crítico y a cuyas elecciones para la junta directiva se postula este jueves.

“Soy crítico, pero no con la SGAE, sino con ciertos gobiernos y personas, actitudes, ideas o falta de propuestas que he podido observar. Crítico pero desde la lealtad, al menos como yo la entiendo, que no es otra cosa que tener al autor y sus derechos en el centro”, explicó Juan Rivas, cuyo principal reto es que vivir de la música deje de ser una entelequia, lo cual pasa por cambios profundos en la forma de gestionar los derechos de los autores.Y en ello mucho podría tener que ver la SGAE como entidad de gestión colectiva.

“Determinados agentes de la industria están ganando dinero, y mucho, sin embargo la cantidad que llega al colectivo autoral no es ni mucho menos justa, la parte de la tarta es cada vez más pequeña, el cambio de analógico a digital no ha traído más que precariedad a nuestro colectivo”, explicó Rivas, que habló de la necesidad de regulación y de que se opere en un marco legal.

“La evolución hacia el mercado digital ha crecido de manera exponencial, estos meses han sido como unos diez años de avance”.Sin embargo, en su opinión, “cuando se corrijan estas distorsiones y esté regulado, será un buen momento para participar del sector. Hay disrupciones que pueden jugar a favor del trabajo del autor: inteligencia artificial, blockchain, contratos inteligentes pueden jugar a favor de la transparencia y generar otros canales”.

En todo lo anterior, entiende Rivas que ha de tener un papel protagonista la SGAE, la cual ha de conseguir en primer lugar ser percibida por los propios autores y la sociedad de un modo diferente tras años en los que ha sido protagonista por presuntos escándalos económicos o un afán recaudatorio que la convirtió incluso en sujeto de mofa por parte de los usuarios.