Vitoria - Aunque parezca mentira, había mundo antes del covid-19. Sí, puede que sin mascarillas y sin distancia social, pero también con millones de historias. Ni antes ni durante el coronavirus han desaparecido las guerras, los conflictos políticos, la trata de seres humanos... ni tampoco se ha parado la naturaleza, ni han perdido intereses esos pequeños relatos sociales que, en realidad, esconden grandes reflexiones. Todo eso y más es World Press Photo, un concurso que a buen seguro en su próxima edición se configurará como un gran diario visual de la pandemia, pero que ahora está recorriendo el planeta en forma de exposición con las mejores imágenes del año pasado.

Desde hace 18 años, de manera ininterrumpida, la muestra que reúne a lo más destacado del concurso de fotoperiodismo siempre tiene paso obligado por Vitoria. Y aunque en la ciudad ha tenido varias sedes, el antiguo Depósito de Aguas ha sido una constante a lo largo de este tiempo. A sus paredes regresa para permanecer hasta el 15 de noviembre, aunque el covid-19 también conlleva sus novedades. Ante las restricciones de aforo que impone, el espacio de Montehermoso estará abierto de manera gratuita todos los días de la semana de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00 horas, pero para poder acceder en sábado, domingo o festivo, antes habrá que solicitar invitación previa o en la web del centro cultural o en el teléfono 945 16 16 19. La entrada se podrá llevar impresa pero también en cualquier dispositivo móvil. Cosas de la llamada nueva normalidad. A ella también obedecen los itinerarios marcados para entrar y salir.

Al margen de estas cuestiones, la exposición reúne en esta ocasión un total de 157 fotografías pertenecientes a 44 autores procedentes de 24 países. Son, eso sí, solo un ejemplo de las 74.000 imágenes realizadas por 4.282 personas de 125 países que se presentaron a la última edición del WWP, que sigue siendo el certamen de referencia mundial a la hora de mirar a la actualidad del planeta.

La ganadora absoluta del concurso fue, como se dio a conocer ya hace unos meses, la imagen Straight Voice, del reportero japonés Yasuyoshi Chiba, que muestra a un joven en la oscuridad recitando poesía a la luz de los teléfonos en una protesta en Jartum, capital de Sudán, durante las manifestaciones contra el régimen militar.

A partir de esa instantánea, la muestra se divide en ocho categorías como Temas de actualidad, Noticias, Proyectos a largo plazo, Naturaleza, Deportes o Retratos. Según Paco Valderrama, responsable de que la exposición llegue cada año a la capital alavesa gracias a la aportación económica del área de Cultura del Ayuntamiento de Vitoria, en World Press Photo 2020 se aprecian tres líneas argumentales dominantes: las protestas ciudadanas generalizadas donde la juventud es protagonista (Irak, Sudán, Hong Kong, Chile, Argelia); la naturaleza con historias tan sorprendentes como la del -ahora tan famoso- pangolín; y la temática social con reportajes tan distintos como la soledad de los ancianos, las mujeres e hijos de combatientes del EI retenidas en campos de Irak, el aborto en Bielorrusia, el sufrimiento de la comunidad maya Ixil o las estudiantes que memorizan por completo el Corán.

“En esta edición se aprecia la ausencia de reportajes con imágenes directas de gran crudeza obtenidas en conflictos bélicos, mientras abundan los retratos y los trabajos personales e intimistas”, apunta el periodista, que explica que “más allá de que en las sucesivas ediciones del certamen se puedan repetir temáticas, las miradas siempre son nuevas y eso se nota”.

Así lo podrán comprobar quienes acudan al centro cultural a lo largo de estas semanas dentro de la gira que la muestra está haciendo por diferentes ciudades y países. De hecho, la pandemia ha tenido también sus consecuencias en este sentido. Este año, la organización ha tenido más solicitudes para acoger la exposición que en ocasiones anteriores ya que muchas localidades quieren alimentar sus agendas culturales tras el confinamiento.