- Será este viernes a partir de las 20.30 horas cuando Travellin' Brothers regresen a una sala Jimmy Jazz que conocen bien y en la que, en esta ocasión, estarán acompañados por Mississippi Queen & The Wet Dogs. Eso sí, quien no tenga ya su entrada en la mano va a tener que darse prisa porque no quedan muchas.
La última vez que hablamos también iban a actuar un viernes en Jimmy Jazz, pero...
-¡El famoso fin de semana!
Parece que han pasado tres o cuatro siglos desde marzo.
-La verdad es que se ha hecho duro y largo, sobre todo los tres primeros meses. Fue ver cómo iban cayendo un concierto tras otro sin poder hacer nada. Sentimos una gran impotencia. Pero bueno, a partir de junio, y sobre todo julio, empezamos a hacer ya algo, y la verdad es que en los dos últimos meses estamos funcionando bastante dentro de las limitaciones que hay. Llevamos ya unos nueve conciertos y nos quedan otros tantos de aquí a final de año. Así que, dentro de lo malo, vamos a terminar haciendo unos 20 bolos, que no está mal dada la situación en la que estamos.
Para esta banda, con los directos que propone, ¿cómo está siendo el reencuentro con un público que tiene que estar parado y sentado?
-Es evidente que somos un grupo que toca una música que incita al baile y al movimiento, pero también es cierto que estamos acostumbrados, en invierno, a tocar en auditorios y teatros, donde la gente está sentada. Así que ese aspecto no lo estamos llevando nada mal. Además, nuestro cantante es un showman importante (risas) que se lo curra mucho. Lo que sí se nos está haciendo un poco más duro es el tema de la mascarilla. El hecho de no poder ver las reacciones de la gente, una sonrisa o lo que sea, es lo que nos está costando.
A lo largo de más de tres lustros han llevado su música por diferentes continentes. De hecho, terminaron 2019 al otro lado del Atlántico. ¿Les entra ahora nostalgia?
-Sí, la verdad. Hace pocos días hemos cerrado los que van a ser nuestros primeros conciertos en el extranjero y tenemos unas ganas locas. Vamos a ver qué pasa y cómo evolucionan las cosas, pero en teoría iremos en noviembre a Dinamarca para hacer tres conciertos. Estamos con mucha ilusión de poder viajar otra vez, pero bueno, somos conscientes de que la situación es la que es. Esperemos que poco a poco podamos recuperar camino. De hecho, ante esta situación, creo que se presenta una oportunidad muy buena para bandas europeas, sobre todo pensando que a muchos festivales y programaciones les va a costar bastante tiempo volver a poder traer grupos del otro lado del charco. Es posible que ante eso, las bandas europeas tengamos un espacio más grande. En ese sentido, nosotros somos una banda bien posicionada en la escena del blues y de la música americana, y vamos a intentar aprovechar el momento.
Parece que no pero su anterior trabajo, el directo '1001 Nights', se grabó hace ya casi dos años para celebrar los 15 años de camino y los 1.000 conciertos del grupo. ¿Están pensando ya en volver al estudio?
-Sí, sí, estamos ya con material nuevo entre manos. La intención es de aquí a primavera tener grabado el disco para que cuando la situación sea un poco mejor y se pueda volver a hacer conciertos normales, por así decirlo, publicar el álbum. Como nosotros componemos todos juntos y eso no ha sido sencillo estos meses, ahora estamos dando pasos en ese sentido. Vamos a ver si gestionamos bien los tiempos porque lo que no tendría sentido es sacar, por ejemplo, el disco en navidades, que no se puedan dar bolos y que las canciones se queden ahí, perdidas. En eso creo que estamos todos, aprovechando estos tiempos en los que no podemos tocar tanto para componer y grabar. La clave está en tener todo bien preparado y no precipitarse.
¿Qué le diría a esa parte del público que todavía no está dando el paso de ir a conciertos en salas, aunque se está demostrando que son seguros?
-Hay gente que te dice que no quiere volver a los conciertos mientras esté sentado y con mascarilla. Hay otras personas que comentan que todavía tienen miedo. Pero también nos estamos encontrando con mucha gente que está con ganas y acudiendo en masa a los bolos. La verdad es que, en nuestro caso, todos los conciertos que hemos hecho después del confinamiento se han llenado. Igual hay espectadores reticentes, pero son muchos los que están con ganas, que tienen hambre de directo y se nota. Tampoco puedes obligar a quien no quiere venir, por supuesto. Pero sí diría a los reticentes que los conciertos están siendo entornos muy seguros. Los actos culturales están muy medidos y muy bien trabajados. La gente del sector se ha puesto muy bien las pilas. Aunque nos lo pogan complicado, el sector está demostrando que se puede hacer. Pero bueno, hay que dejar a cada persona que decida su momento para volver. Aún así, como te decía antes, tanto en nuestros conciertos como en los de otras bandas que conozco y estoy viendo, veo que hay muchas ganas entre el público y que las entradas se están agotando. Ojalá siga así y vayamos a más. Mientras tanto, no nos queda otra que pelear y pelear.