- Desde el pasado 5 de marzo, la música en directo no se adueña de las paredes del Dazz. Aquel día, el pianista Iñaki Salvador, el contrabajista Francis Posé y el batería José Vázquez Roper se unieron en el espacio de la calle Cuchillería para hacer de las suyas y deleitar a un público que, como siempre, llenó cada hueco. Pero para esos momentos, el covid-19 ya estaba en las conversaciones de muchos de los asistentes, aunque nadie podía imaginar todavía todo lo que vino pocos días después. El confinamiento, primero, y las medidas adoptadas, después, en lo que se ha venido en llamar la nueva normalidad, han hecho imposible a lo largo de estos meses volver a celebrar un concierto en este ya referencial espacio, aunque es hora de empezar a recuperar unos mínimos.

Que el Dazz -que a finales del año pasado obtuvo el Premio BBK Jazz en reconocimiento a su programación- tiene un público fiel quedó claro el pasado mes de julio, cuando llevó a cabo su habitual programación estival de conciertos en el escenario que la Fundación Vital tiene en Dendaraba. Ante la imposibilidad de realizar las cinco jornadas consecutivas de actuaciones en el Casco Viejo, fue este lugar el escogido para reunir cada día a las casi 140 personas que permitía el aforo, consiguiendo colgar el cartel de completo en más de una ocasión. Uno de los protagonistas de esta apuesta marcada por la pandemia fue el trompetista Félix Rossy, quien mañana mismo volverá a la capital alavesa, pero esta vez en formato de quinteto y para, ahora sí, actuar en el local de Cuchillería. Claro que el coronavirus marca no pocas diferencias. La primera, y fundamental, es que el aforo del espacio hostelero se va a reducir de manera significativa, no pudiendo acceder más de 35 personas a la cita. Además, para controlar estos números y hacer que, en la medida de lo posible, los conciertos no sean un pozo sin fondo en lo económico, se ha establecido por primera vez el pago de una entrada (10 euros cada una). La respuesta de los espectadores a este paso inicial, eso sí, deja a las claras que hay ganas de música y de directo puesto que los pases no solo están agotados, es que no duraron a la venta ni media hora.

Todo para encontrarse a partir de las 20.00 horas con el trompetista, que estará acompañado por Martín Leiton (contrabajo), Tomeu Garcia (trombón), Andreu Pitarch (batería), Enrique Oliver (saxo tenor) y Toni Saigi (piano), quien, por cierto, ya estuvo con Rossy en el mencionado concierto del pasado mes de julio.

De esta forma, el local recuperará sensaciones, momentos y sonidos. Volverá a ser un lugar para la música en directo, la improvisación y el encuentro, aunque sea manteniendo las distancias y siguiendo al pie de la letra todas las indicaciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias. Será el primer paso, pero no el único. De hecho, ya está confirmada una segunda actuación, que se producirá el próximo 15 de octubre por partida doble, ya que los músicos invitados tocarán tanto a las 18.30 como a las 20.15 horas. En ambos casos, el aforo máximo será un poco mayor, llegando a los 40 asistentes (la reserva de entradas, también a 10 euros cada una, ya está en marcha) puesto que esta vez no será un quinteto sino un trío el que pida paso. En concreto, el saxofonista Gorka Benítez liderará una formación completada por Abel Boquera (órgano) y David Xirgu (batería). A buen seguro, la respuesta del público será parecida al lleno de mañana.

Gorka Benítez, en formato de trío, será el próximo en pasar por el espacio de Cuchillería el próximo 15 de octubre