Mientras disfruta del lanzamiento de su nuevo libro no deja de pensar en otras cosas. Por ejemplo, en Otros mundos, su programa en Movistar+, para el que tiene nuevas perspectivas, con viajes más cercanos y con historias que pueden estar a pocos kilómetros de distancia de los espectadores españoles. De ambos asuntos, libro y programa, y por supuesto de la pandemia que no termina de largarse, hablamos con el comunicador y amante de los misterios turolense.

¿Se puede entender por su nuevo libro que este virus ha abierto la caja de Pandora?

Una de ellas, porque hay más de una caja, pero ha abierto una importante, sobre todo en cuanto a la manera de cómo los seres humanos tenemos que enfrentarnos a la naturaleza.

¿Y cómo lo hacemos?

Creo que había mucha arrogancia y prepotencia de nuestra especie frente al hábitat en el que estamos. Hemos subestimado la invasión que hemos hecho de ecosistemas donde habitaban microorganismos, bacterias y virus que al parecer no nos afectaban.

¿Y se han rebelado las bacterias y los virus?

Pues es que a raíz de esa invasión han empezado a afectarnos. A nadie se le escapa que el origen de todo es una forma vírica. Ese virus vivía muy bien en otros sistemas, pero de repente ha mutado y ha saltado al ser humano.

Parece justicia poética o castigo divino, sin ánimo de frivolizar, impartida desde el universo de los virus.

Podría decirse así, sí. Es que nos hemos metido donde nadie nos llamaba. Siempre decimos que es un castigo divino cuando no entendemos los procesos de la naturaleza, y acudimos a invocar la figura de Dios como un velo para tapar nuestra ignorancia. Sabemos que no podemos hablar de castigo divino porque también sabemos mucho de los virus. Hasta la primera mitad del siglo XX, hacia 1940, todo era una construcción teórica, pero cuando vimos el primero, comprendimos cómo era su naturaleza y empezamos a saber cómo actuaba. Cuando hablamos del coronavirus no podemos hacerlo como un castigo divino, sino que es mejor hablar de torpeza humana.

¿Somos los únicos responsables de estar viviendo esta pandemia?

No solo hemos sido responsables de cómo se ha producido, también somos responsables de cómo hemos gestionado todo el proceso de la enfermedad.

Mal, se supone.

Muy mal. En eso estamos todos de acuerdo.

Si volviéramos a su Egipto antiguo nos daríamos de bruces con las siete plagas. ¿Cree que esta podría considerarse una de ellas, pero en el siglo XXI?

Sí. El ser humano ha inventado mil y una historias para tratar de explicar el origen de las enfermedades, incluso para contarnos que después de las más terribles de las plagas, la vida continúa. Y eso es quizá lo que tengamos que recordar en estos momentos tan oscuros.

La vida continúa, pero han cambiado los parámetros.

Sí. Es cierto que hay cambios, pero todo continúa y la vida volverá a brotar, aunque no sabemos a qué precio.

¿A qué precio se refiere: laboral, económico, emocional€?

Cuando digo precio estoy hablando de vidas humanas. Lo laboral, lo económico, lo social o lo emocional son cuestiones teóricas. Son conceptos que nosotros nos hemos dado como especie para funcionar, pero lo que si se nos quita no vuelve, es la vida. Eso es lo que más me preocupa.

¿El mensaje de Pandora

Es una deuda que no quería que cayera sobre la literatura. En la última pandemia, la mal llamada gripe española de 1918, la literatura se mantuvo al margen. Ninguno de los grandes escritores de aquella época dedicó un libro a una de las páginas más negras de la historia mundial. Yo me he lanzado y creo que va a haber muchos escritores y escritoras que van a escribir sobre esta cuestión, porque esta vez, el golpe que ha recibido la humanidad no se puede esconder. Entones había una guerra por medio, todo sucedió al final de la Primera Guerra Mundial, y hubo un escenario bélico que lo tapó todo, pero hoy eso no sucede.

¿Usted cree que esto parará en algún momento?

Me imagino que acabará disolviéndose tal y como ha ocurrido con otras plagas. Lo hará antes o después según lo inteligentes que seamos con la gestión. Estos virus nacen, crecen y finalmente desaparecen.

Nunca imaginamos que íbamos a vivir en la realidad lo que hasta ahora nos parecía un argumento de novela, serie o película. ¿Ingenuidad?

Llámalo como quieras, pero entraba dentro de lo que podía ocurrir, y hacía tiempo que se nos avisaba de que una pandemia estaba a punto de llegar. Antes había historias basadas en la ficción, ahora habrá producciones que narren, cada una a su manera, lo que hemos empezado a vivir en este 2020. Habrá series, libros y películas sobre la pandemia, que va a afectar a todos los modelos creativos. En 1918 ya digo que no hubo efecto en la literatura, pero sí que la hubo en el cine. Por ejemplo, se estrenó Nosferatu.

Pero era una película sobre Drácula.

Sí, pero había una subtrama que decía que por donde pasaba el vampiro, aparecía la gripe. Ahora supongo que el impacto audiovisual será mucho mayor que entonces.

¿Qué nos puede enseñar su novela El mensaje de Pandora

Humildad.

¿Andamos escasos de ella?

Sí. Estamos bastante escasos y a veces lejos de ese término tan importante. Nos hemos enfrentado a este virus con una soberbia tremenda, casi de libro.

¿No será miedo más que soberbia?

No digo que no al miedo, pero ha habido mucha soberbia. Fíjate en la actitud de los políticos, incluso de responsables sanitarios€

Y no va a dar nombres.

Ja, ja, ja€ No es necesario. Había responsables sanitarios que han hablado por boca de los intereses políticos de cada país. Nos han hecho creer que estábamos por encima del bien y del mal, que una pandemia era cosa de un país subdesarrollado y que no nos iba a afectar en lo más mínimo. Fue eso lo que nos hizo meternos en la boca del lobo sin ningún tipo de prevención. Por eso, El mensaje de Pandora la primera lección que nos da es la de la humildad.

¿Y las siguientes?

Esas las aprenderemos en el transcurso de los próximos años, y tendrán que ver con cosas como la organización del trabajo, la distribución de la población€

¿Cree que la gente se va a ir de la ciudad al campo?

Creo que nos ha quedado claro a todos que vivir en una ciudad es hacerlo en un lugar potencialmente expuesto y muy peligroso ante una pandemia. También vamos a aprender mucho sobre educación. Nuestros hijos han superado el curso escolar dentro de una pandemia.

No todos, porque la brecha digital ha demostrado su crudeza precisamente en el ámbito docente.

Pero también es porque nos cogió a todos por sorpresa. ¡Cómo les vamos a decir en un futuro que no pueden ser ingenieros por el Instituto de Ingeniería de Massachusetts sin salir de su casa en Bilbao o Donostia! Entiendo que van a venir muchos cambios.

Cambiar no está nada mal, pero tan de golpe€

Es verdad que los cambios han llegado juntos, pero también creo que el ser humano está preparado para ellos. Quizá no todos, pero nos daremos cuenta de que sí que podíamos.

¿Ha llegado la hora de hacer ajuste de cuentas con los políticos?

Pienso que a los políticos hay que ponerlos en perspectiva. Ellos son el reflejo de nosotros.

Muchos se niegan a sentirse reflejados en ciertos políticos.

Lo que quieras, pero son elegido en las urnas y muchos habrán votado a esos políticos de los que otros reniegan. Ellos no son unos alienígenas que han venido a imponer su orden en el planeta Tierra. Con quien tenemos que ajustar cuentas es con nosotros mismos como sociedad y darnos cuenta de que necesitamos gente más sensata. No porque alguien suelte una consigna que nos suene a música celestial quiere decir que está preparado para gobernarnos. Los políticos son parte de esta sociedad y somos nosotros los que tenemos que madurar como sociedad.

¿Dónde se sitúa el origen de esta novela que presenta ahora?

De la frustración. Yo tenía otros proyectos literarios en la mesa cuando empezó el confinamiento, pero me di cuenta de que no era el momento adecuado para ponerme con ellos. Pensé que los lectores requerían una interpretación de lo que estaba sucediendo y decidí que podía ofrecerla como escritor.

¿Piensa retomar esos proyectos que quedan sobre la mesa?

Por supuesto que lo haré, y en cuanto vea que puedo hacerlo. Alguno de ellos implicaba también viajes y un trabajo de campo que ahora mismo está a la mitad, pero pienso que siguen siendo novelas válidas.

¿Qué pasa con su programa Otros mundos

Que de momento está en espera. El proyecto salió muy bien, la serie se estrenó en pleno indicio de la pandemia y tuvo una acogida extraordinaria. El consumo de televisión se multiplicó exponencialmente y tuvimos unos resultados estupendos.

Pero le afectan las dificultades para viajar.

Por supuesto, y ese es el motivo de esta pausa. Las circunstancias para grabar en los lugares que a mí me gustaría han cambiado y tengo que replantearme algún tipo de ajuste. Quizá haga honor a la esencia de la serie: hay otros mundos, pero están en este, así que a lo mejor me toca buscar esos mundos aquí cerca y no en otros países.

Todo apunta a que la pandemia se ha llevado por delante a Cuarto milenio

Pues yo creo que no. Cuarto Milenio ha entrado en hibernación, como otros tantos programas, pero me consta que Iker Jiménez está trabajando en su regreso.

PERSONAL

Edad: 48 años.

Lugar de nacimiento: Teruel.

Formación: Estudió Periodismo.

Trayectoria: Es un apasionado de los misterios y un gran amigo de Iker Jiménez, con el que colabora. Se ha dedicado siempre a los temas que implican grandes enigmas de la humanidad. Entre sus últimos libros figuran los siguientes títulos: En busca de la Edad de Oro, La ruta prohibida, La dama azul, El Ángel perdido, El maestro del Prado, La pirámide, El fuego invisible y ahora, El mensaje de Pandora. También es el director y narrador de Otros mundos, programa de Movistar+.