na historia de terror clásico que parte de la tragedia. Así describe Rodolfo Sancho Voces, una película que protagoniza junto a Ana Fernández y que llega hoy a los cines para asustar al espectador a través de lo paranormal.
“Se adhiere a la tragedia, es una película de terror y una tragedia. Lo que desencadena la historia son situaciones trágicas”, precisa el actor sobre una película que es la ópera prima de Ángel Gómez y que se centra en una familia y en el miedo a unas voces, unos espíritus que habitan en su casa.
En Voces el miedo no está provocado por sustos al uso, monstruos de manual o portazos inesperados, sino por fenómenos inexplicables que provocan reacciones muy diversas en los protagonistas de la película.
Basada en una idea del director y de Víctor Gado, la película sigue a Daniel -Rodolfo Sancho-, Sara -Belén Fabra-, y a su hijo Eric -Lucas Blas- de nueve años. Una familia que llega a su nuevo hogar sin saber que esa propiedad es conocida como “la casa de las voces”.
“Es una película muy especial. Desde que era pequeño y tenía claro que quería dedicarme al cine siempre quise hacer una película de terror y dentro de ello quería que se centrara en las psicofonías y cosas paranormales. La idea de que el miedo brotara de lo que podemos tener a nuestro alrededor era lo que siempre quise hacer”, explica Gómez.
Eric es el primero en advertir que tras cada puerta se ocultan extraños sonidos. Pero en un primer momento sus padres creen que es fruto de su imaginación o de problemas psicológicos.
“Lo último que se te viene a la cabeza es que en tu casa están pasando cosas paranormales y que tu hijo es el único que las puede escuchar”, razona Sancho. Por eso, la película arranca con el niño diciéndole a la psicóloga que escucha voces.
Y ella también lo achaca a la imaginación o a los diferentes cambios de casa a lo largo del año, apunta Sancho, mientras que Ana Fernández resalta que su personaje es el más coherente porque es el único “que desde el minuto cero, se quiere ir”.
Fernández interpreta a Ruth, la hija de Germán -Ramón Barea-, un experto en psicofonías a los que recurre Daniel para que le ayuden a entender lo que está pasando realmente.
“A pesar de que mi personaje tiene una relación distante con su padre, decide ayudarle porque al fin y al cabo es la única familia que le queda. La curiosidad que tenemos ambos sobre lo paranormal es lo que les va a llevar a esa casa del mal y encima les va a unir”, afirma Fernández.
Tras el éxito de su cortometraje Behind (2016), con el que consiguió más de 50 premios, Gómez quería crear una historia muy visual que hiciera creíble el terror. “Quería una película ágil para que el público la disfrutase y pudiera seguir la historia con interés, pero al mismo tiempo, me interesaba profundizar en los pilares del drama de una familia y los acontecimientos que ocurren en esa casa”, argumenta Gómez.
Asimismo, el director confiesa que rodar una película de este género “no es nada fácil”, hay que tener en cuenta diversos aspectos técnicos para mantener la tensión a lo largo de la cinta y que el espectador no se distraiga o se canse. En esta misma línea el debutante a dirección de Voces felicita al pequeño Lucas Blas por su “enorme” papel en la cinta.