- Tras su reapertura a mediados del mes pasado, Montehermoso va poco a poco recuperando su programación expositiva, que quedó interrumpida el pasado mes de marzo a causa del covid-19. Hace una semana inauguró Walking The Line, de Javier Ozcoidi, dentro del acuerdo de colaboración que el centro cultural mantiene con la Facultad de Bellas Artes de la UPV. Y ayer presentó la tercera de las propuestas seleccionadas dentro de su convocatoria anual de apoyo a proyectos artísticos. En este caso, el público puede ya encontrarse con Achanta la mui, producción realizada por la artista Claudia Rebeca Lorenzo que se podrá ver en lo alto de la colina hasta el próximo 30 de agosto.

"Ha sido un montaje complejo por la situación, pero también esto me ha permitido tener más tiempo para conocer mejor el espacio, para intimar con él en relación a las piezas", apunta la creadora en torno a la muestra que se encuentra en la primera planta del edificio, donde distribuye una propuesta dominada por la escultura, aunque contando también con la presencia de la pintura y el dibujo, haciendo al busto protagonista de todo el recorrido.

El proyecto parte de establecer "una analogía entre el haiku y el argot con el lenguaje de mi trabajo, y mi trabajo como lenguaje. En relación al haiku me interesa la jerga porque dependiendo del tipo de expresión que se emplee se genera un paisaje específico. Este tipo de lenguaje, que no se podría llamar lengua, tiene su especificidad concreta en cada parte del mundo. Por lo que si digo le meuf (mujer en verlán, argot en el que se invierte el orden de las sílabas al hablar en Francia), me lleva a un paisaje específico de los suburbios del París de los 80", apunta, al tiempo que explica que "en el haiku, si se habla de un paisaje que se está observando, no se hace una descripción de la escena como tal, sino que el paisaje es construido a través de la articulación del propio lenguaje. En ambos casos esta localización se da de una manera puramente material". "Mi interés por la potencia poética de la jerga, radica en que algo ha de ser nombrado para que un sujeto tome lugar en relación al mundo que le rodea y observa, para poder identificarse en relación a él. Es esa invención de un lenguaje propio y singular lo que hace que se instaure a posteriori un lugar de reconocimiento para un grupo concreto. La cultura vendría después", afirma la creadora a la hora de presentar la exposición.