s evidente que se está muy lejos de acercarse si quiera a una situación que roce la normalidad, sabiendo además que antes de la aparición del covid-19, el sector cultural alavés en su conjunto todavía estaba empezando a salir de las consecuencias de la crisis económica de 2008, sin entrar a valorar las habituales condiciones de precarización y temporalidad que parece que le tienen que ser propias. Pero poco a poco, dentro del proceso de desescalada, hay espacios y proyectos que van dando algunos pasos encaminados a recuperar una pequeña parte de la senda que se vio interrumpida de manera brusca jornadas antes de que, de manera oficial, se declarase el estado de alarma para controlar la pandemia.

De hecho, desde mediados de mayo se van levantando algunas persianas, un proceso que en el arranque de junio va a contar con más incorporaciones, siendo las artes en vivo las que más siguen sufriendo el parón del sector en su máxima expresión, más allá de algunas iniciativas puntuales dentro del área de la música en directo utilizando la emisión en streaming. En este sentido, la falta de concreción sobre en qué condiciones se van a poder desarrollar estas citas parece, por ahora, lejos de aclararse, con lo que ello supone para artistas, programadores, productores, técnicos, montadores y una larga lista de profesionales necesarios.

Las librerías -no todas cerraron durante el confinamiento puesto que algunas también venden prensa- fueron las primeras en ir recuperando sensaciones dentro de un proceso de desescalada que está repitiendo un patrón parecido al de otros sectores, como el hostelero. Es decir, no todo el mundo quiere volver aunque las diferentes normativas lo estén permitiendo. Es el caso de las salas comerciales de cine, que han decidido esperar hasta finales de junio puesto que abrir ahora, aunque es posible, presenta más problemas, también económicos, que beneficios. Todo ello sin perder de vista la necesidad de proceder a desinfectar locales o adecuarlos con mamparas y otros elementos.

A los comercios ligados a la literatura (Mara-mara, Zuloa...) les han seguido otros que también están ya en funcionamiento como las tiendas de discos (Old Tower Stuff, Vinylora...). Y en las últimas jornadas, son varios los espacios privados dedicados al arte contemporáneo en la capital alavesa que también han dado señales de vida. El primero fue Talka Galeria, seguido por ¶espazioa, mientras que a lo largo de este final de mayo están haciendo lo propio Zas Kultur y ARTgia, lugares que a lo largo de la cuarentena han desarrollado diferentes propuestas aprovechando las nuevas tecnologías.

También internet ha sido fundamental para los proyectos formativos que tienen en la cultura su eje. De todas formas, es hora de empezar a mirar al próximo curso y los conservatorios Jesús Guridi y José Uruñuela (danza), las escuelas Luis Aramburu y Artes y Oficios, así como los centros públicos de enseñanza musical de localidades como Agurain, la Academia de Folklore y otros espacios de carácter privado están ya con sus procesos de matriculación, más allá de que lugares como Talde Gune y Avant Music Center incluso están pudiendo desarrollar sus primeras clases presenciales. En breve se unirá, desde la danza, escuelas como Tarima -que regresará el 8 de junio- y Traspasos, que quiere desarrollar formación durante todo el verano. Sin programación concreta todavía para el público, pero también su lado formativo va a comenzar la sala Baratza a reactivar su huerto. Para julio ya tiene disponible la matrícula de dos talleres (de Espe López e Idoia Zabaleta), sin perder de vista la convocatoria de las Noches Scratxe a lo que se suma un concurso para jóvenes vinculado al certamen de danza contemporánea Tzan Tzan Fest.

Aunque durante el confinamiento, la biblioteca de Amurrio ha llevado a cabo un singular sistema de préstamo puerta a puerta, la mayor parte de estas infraestructuras han estado operando solo a través de internet. Desde hace algunos días, algunas, como las pertenecientes a la red municipal de Vitoria, han reactivado su servicio de devolución y se espera que en las próximas semanas vayan ampliando su oferta de actividad. A estos espacios, este 2 de junio se van a unir todos los museos de la red foral (Bibat, Bellas Artes, Armería, Ciencias Naturales y sala Amárica, sin olvidar otros lugares referenciales como la Torre de los Varona), así como Artium y la Catedral Santa María. Habrá que estar atentos a las recomendaciones en cada caso, aunque hay cuestiones generales que no se pueden perder de vista a la hora de acudir, como el hecho de llevar mascarilla, saber respetar el distanciamiento social y amoldarse a los recorridos fijados que se han establecido.

En lo que se refiere a las artes escénicas, de momento nada se sabe del regreso de los teatros públicos existentes en el territorio, aunque se espera conocer en breve noticias de citas como el Festival de Teatro de Humor de Araia, sabiendo que tendrán que amoldarse a la situación, como ya ha anunciado que hará Atauri Art el próximo septiembre. Aún así, en este campo hay más dudas que hechos concretos. En lo que se refiere a la música en directo, muchos locales de ensayo y estudios están recuperando sensaciones -le pasa, por ejemplo, a Burubio en Amurrio- o lo tienen previsto hacer en nada, aunque, por ahora, hablar de conciertos parece muy complicado. Se está optando por la retransmisión en streaming o a través de la televisión, como sucede con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, el ciclo Kulturunea que está impulsando la Fundación Vital, o el festival punk que el 6 de junio va a llevar a cabo la sala Jimmy Jazz desde su sede con la participación de Arkada Social, Brigade Loco, Rotten XIII y The Guilty Brigade. En este caso, se permite al público que pueda aportar la cantidad económica que considere.

Librerías, tiendas de discos y galerías de arte están siendo las primeras en abrir camino a lo largo de mayo, más allá de los condicionantes

Buena parte de los museos del territorio, así como la Catedral Santa María se ponen en marcha con el arranque de junio