l estatus de culto que tiene el único filme de terror de Kubrik tardó en llegar, pues las reacciones inmediatas a su estreno en Estados Unidos, en mayo de 1980, veían en la obra un exceso de formalismo y obsesión por los detalles que alejaban al espectador de la siniestra historia. King, el autor de la novela en la que se basa la cinta, resumió perfectamente la sensación general: "Es como un enorme y precioso Cadillac sin motor adentro".
Al escritor nunca terminó de convencerle la adaptación a la gran pantalla, a pesar de que el perfeccionismo de Kubrik alargó el rodaje durante un año y de la entregada interpretación de Jack Nicholson como Jack Torrance, cuya escena rompiendo una puerta con un hacha es una de las más celebradas del cine.
De poco ha servido que con el tiempo las imágenes de El resplandor se hayan repetido hasta la saciedad y replicado en decenas de películas y series de televisión: Décadas después, en 2016, un periodista preguntó a King por el filme de Kubrik y su opinión no cambió. "Siento lo mismo porque el personaje de Jack Torrance no tiene recorrido en esa película. Absolutamente ninguno", respondió.
A King no le gustó la elección de Nicholson desde el principio y tampoco el papel que el director diseñó para él, demasiado esquizofrénico y loco. "Cuando ves por primera vez a Jack Nicholson ya sabes que está loco como una rata de mierda, solo se vuelve más loco", explicó el escritor, quien concibió a su protagonista como un hombre que lucha por mantener la cordura entre problemas de alcoholismo y sus fantasmas (internos y externos).
Sin embargo, Kubrick decidió retratar una transición a la locura mucho más explosiva y efectista, utilizando todos los recursos al alcance del lenguaje del cine. Por ejemplo, fue de las primeras películas en utilizar la Steadicam, que incluso mejoró para regalar esas irrepetibles escenas laberínticas recorriendo los pasillos del hotel a bordo del triciclo de un jovencísimo Danny Lloyd. La impagable escena de las siniestras gemelas se grabó con este recurso. No era la primera vez que el cineasta adoptaba innovaciones, pues sentó muchas de las bases de Star Wars en 2001: Una odisea del espacio e incluso desarrolló el "product placement" al colaborar con los departamentos de innovación de IBM y Vogue para diseñar tecnologías y ropas del futuro.
Kubrik consiguió diseñar tantos golpes de efecto en El resplandor, que a día de hoy sigue sirviendo de referencia a cineastas e incluso se cuelan en dibujos animados.
También el numero de la infame habitación donde sucede la acción de El resplandor, el 237, se repite varias veces en matrículas, cámaras de seguridad y otros detalles de Toy Story 3. Asimismo, en The Simpsons han calcado escenas en varios episodios, incluida la imagen inicial que recorre con cámara aérea el paisaje del monte Hood, Oregón.
Aunque pasó muy desapercibida, en 2019 se estrenó en cines la esperada continuación con el título de Doctor Sleep. Pero quedó eclipsada por el éxito de la franquicia IT y fue considerada un fracaso que desanimó a los estudios de preparar una rumoreada secuela o precuela, aunque el director que puso fin a Star Wars, J.J. Abrams, ya prepara una serie de televisión inspirada en el terrorífico hotel que Kubrik inmortalizó en el cine.